Nace en Ferrara, Italia, el 21 de marzo de 1918. Es el segundo de seis hermanos. Crece en una familia cristiana, en la que a la vida de piedad se unen actividades caritativas, catequ铆sticas y sociales.
Participa en el Oratorio salesiano y en la Acci贸n Cat贸lica, donde madura su fe con una opci贸n decisiva: "mi programa de vida se resume en una palabra: santidad". Alberto reza con recogimiento, ense帽a la catequesis con convicci贸n, demuestra celo apost贸lico, caridad y serenidad. Posee un car谩cter fuerte, decidido, voluntarioso y generoso y un fuerte sentido de la justicia, por ello influye moralmente entre sus compa帽eros. Es deportista y din谩mico; ama el tenis, el f煤tbol, la nataci贸n, las excursiones en la monta帽a, pero su gran pasi贸n ser谩 la bicicleta, en la que descubre un medio privilegiado para su apostolado y su acci贸n caritativa.
Madura su formaci贸n cultural y espiritual en la Federaci贸n Universitaria Cat贸lica Italiana (F.U.C.I.), eligiendo como modelo de vida juvenil a Pier Giorgio Frassati. Una vez finalizados sus estudios universitarios en ingenier铆a mec谩nica el 30 de junio de 1941, Alberto debe enrolarse como militar, puesto que Italia est谩 en guerra, una guerra que 茅l condena con lucidez y firmeza: "descienda pronto la paz con justicia para todos los pueblos, la guerra desaparezca para siempre de la faz de la tierra". Dado de baja en el ejercito por tener tres hermanos en el frente, trabaja durante un breve per铆odo en la FIAT de Tur铆n. Tras los tr谩gicos acontecimientos del 25 de julio que lleva a la ca铆da del fascismo y la ocupaci贸n alemana del territorio italiano el 8 de septiembre de 1943, Alberto vuelve a su casa de R铆mini. Sabe cu谩l es su misi贸n: transformarse en obrero de la caridad.
Despu茅s de cada bombardeo Alberto es la primera persona en ayudar a los heridos, a dar valor a los sobrevivientes y a asistir a los moribundos, a sacar de las ruinas a los sepultados vivos. A su alrededor hay no s贸lo ruinas sino tambi茅n tanta hambre. Alberto distribuye a los pobres colchones, mantas, ollas y todo lo que logra recoger. Va donde los campesinos y comerciantes, compra alimentos y despu茅s, en su bicicleta cargada de provisiones, sale en busca de los que tienen hambre. Muchas veces regresa a su casa sin zapatos e incluso sin bicicleta: hab铆a dado a quien ten铆a m谩s necesidad que 茅l.
Durante el per铆odo de la ocupaci贸n alemana Alberto logra salvar a muchos j贸venes de la deportaci贸n. Con una acci贸n heroica consigue abrir los vagones del tren que part铆a desde la estaci贸n de San Arc谩ngel y libera a hombres y mujeres que iban destinados a los campos de concentraci贸n. Despu茅s de la liberaci贸n de la ciudad el 23 de septiembre de 1945, al constituirse la primera junta del Comit茅 de liberaci贸n, entre los asesores figura Alberto Marvelli, a pesar de no estar inscripto en ning煤n partido pol铆tico ni pertenecer a los "partigiani". Todos han reconocido y valorado el gran trabajo realizado por 茅l a favor de los sin techo.
Tiene 26 a帽os, es joven, pero afronta concretamente los problemas, con aptitud y competencia. Posee coraje en las situaciones m谩s dif铆ciles y una disponibilidad sin l铆mites. Le conf铆an el cargo m谩s arduo: ocuparse de poner orden en la concesi贸n de viviendas en la ciudad. Despu茅s le encargan el 谩rea de la reconstrucci贸n, como colaborador del Ente de Ingenieros Civiles. Alberto escribe en un peque帽o bloc: "servir es mejor que hacerse servir. Jes煤s sirve". Es con este esp铆ritu de servicio que Alberto asume siempre sus obligaciones c铆vicas.
Cuando en R铆mini vuelven a surgir los partidos pol铆ticos, se inscribe en la Democracia Cristiana. Vive su compromiso pol铆tico como un servicio a la sociedad organizada: la actividad pol铆tica pod铆a y deb铆a transformarse en la expresi贸n m谩s alta de la fe vivida. En 1945 el Obispo lo llama a dirigir a los Profesionales Cat贸licos. Su compromiso se sintetiz贸 en dos palabras: cultura y caridad. Convencido de que "no es necesario llevar la cultura s贸lo a los intelectuales sino a todo el pueblo", funda una Universidad popular. Abre un comedor para pobres. Los invita a misa y reza con ellos; despu茅s, en la mesa sirve la comida y escucha sus necesidades. Su actividad a favor de todos no conoce descanso. Como cofundador de la A.C.L.I. (Asociaci贸n Cat贸lica de Trabajadores Italianos), forma una cooperativa para los que se dedican a la construcci贸n; es la primera cooperativa "blanca" en la "roja" regi贸n italiana de la Roma帽a.
La intimidad con Jes煤s Eucar铆stico lo lleva a no encerrarse en s铆 mismo, a no desatender su compromiso con la historia. Por el contrario, cuando se da cuenta de que el mundo que lo circunda est谩 bajo el signo de la injusticia y del pecado, la Eucarist铆a le da fuerzas para realizar su trabajo de redenci贸n y liberaci贸n, capaz de humanizar la faz de la tierra. Al anochecer del 5 de octubre de 1946, mientras se dirige en bicicleta a un mitin electoral, siendo uno de los candidatos para la elecci贸n de la primera administraci贸n comunal, un cami贸n militar lo atropella y le provoca la muerte. Ten铆a 28 a帽os.
Toda Italia llor贸 su muerte. En la historia del apostolado de los laicos, la figura de Alberto Marvelli se presenta como la de un precursor del Concilio Vaticano II en lo que se refiere a la animaci贸n y el compromiso apost贸lico de los laicos en la transformaci贸n cristiana de la sociedad. El siervo de Dios Jorge La Pira escribi贸 sobre 茅l: "La Iglesia de R铆mini podr谩 decir a las pr贸ximas generaciones: yo os muestro c贸mo es la vida cristiana aut茅ntica". Fue beatificado por SS Juan Pablo II en Loreto, el 5 de septiembre de 2004.