SLYF,VÍR

Santas Liberada y Faustina, vírgenes

Según la más antigua noticia sobre estas dos santas, el «Liber Notitiae Sanctorum Mediolani» (Libro de noticias de los santos de Milán), del siglo XIII, Liberada y Faustina habrían sido dos hermanas de noble origen, nacidas en territorio de Piacenza, en Rocca d’Olgisio, en los primeros decenios del siglo VI. Atraídas por el ideal ascético, dejaron su familia y se retiraron a un eremitorio cerca de Como, donde luego fundaron un monasterio en honor de Santa Margarita. Allí vivieron con humildad, dedicadas a la oración, y allí murieron hacia el 580 con gran fama de santidad.

No nos ha llegado el dato preciso de la fecha de sus respectivas muertes, pero ciertamente no murieron juntas, sino a distancia de uno o dos años una de otra. Una noticia del «Comentario al Martirologio Romano» dice que santa Liberata era recordada el 19 de enero, mientras que santa Faustina lo era el 16, indicando incluso algunas iglesias de Milán y sus alrededores donde eran veneradas. Sus cuerpos fueron sepultados en la iglesia monástica, y en seguida fueron objeto de varios traslados.

El primero de esos traslados se realizó en tiempo del obispo Guido Grimoldi (1096-1125), cuando las reliquias de las dos hermanas fueron llevadas del monasterio de Santa Margarita de Como a la catedral de la ciudad. Un segundo traslado tuvo lugar el 13 de mayo de 1317, en tiempos del obispo León de Lambertenghi, de la catedral a la iglesia de San Carpóforo. Luego se compusieron sucesivas biografías, que convencieron finalmente a Baronio, el hagiógrafo-historiador que tuvo a su cargo el primer Martirologio Romano, en el siglo XVI, de inscribir a las dos hermanas el día 18 de enero, junto con una sumaria biografía.

Un ciclo de frescos, de un anónimo lombardo de escuela giottesca, de los primeros decenios del siglo XVI, que ya estaba en el monasterio de Santa Margarita, pero fue luego trasladado al Museo Cívico de Como, representa en cinco escenas una progresión: la muerte de un gentilhombre convence a las jóvenes princesas de hacerse religiosas, la fuga de las hermanas de la casa paterna y su viaje por el río Po desde Piacenza, con el sacerdote Marcelo como guía, el arribo a Como, la acogida en el convento por parte de las monjas, y la fundación del monasterio de Santa Margarita.

Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli. Acta Sanctorum, enero, II, pág. 196-97.