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San Liberal, eremita

Una leyenda que, según el estudioso trevisano R. degli Azzoni Avogari, habría sido compuesta en el siglo X, cuenta que Liberal nacio en el siglo III en Altino, territorio de Venecia, de una encumbrada familia, y fue educado en la fe cristiana por Eliodoro, primer obispo de la ciudad. Unía al estudio, la oración, y la mortificación, la asistencia a los pobres y enfermos y el consuelo a los demás creyentes, así como la lucha contra los arrianos. Sin embargo la presión arriana era cada vez mayor y Eliodoro confió la sede al obispo de Milán, Ambrosio, y se retiró a una de las islas de Venecia. Sin embargo, después de un cierto tiempo, Liberal cmenzó a preocuparse por la dificultad de Ambrosio de controlar, además de su propia sede, la ortodoxia de esta ciudad, por lo que decidió salir a buscar al obispo Eliodoro para pedirle que volviese, pero primero quiso pedir luz al Señor. Mientras oraba en la catedral se adormeció, y en el sueño le apareció su ángel de la guarda en forma de un hombre de aspecto resplandeciente, que le dio valor, pero a la vez le anunció su próxima muerte. Liberal visitó por última vez la iglesia de la ciudad, y luego fue en busca de la isla donde estuviera Eliodoro, pero no tuvo modo de encontrarlo, y se quedó en una iglesia dedicada a San Lorenzo, en Castrazone, llevando vida eremítica. Allí lo atacó una grave enfermedad y murió poco después, un 27 de abril de un año no precisado. El pueblo lo sepultó en la misma iglesia, en un túmulo de mármol.

Es difícil probar la realidad que subyace a estas leyendas, y casi no hace falta aclarar que sobre estas líneas fundamentales se engarzan milagros y episodios comunes a este tipo de relato; lo cierto es que sus reliquias fueron, por avatares de la historia difíciles de resumir, trasladadas a la ciudad de Treviso, donde reposan hasta hoy; ciudad de la que ha venido a ser el patrono y héroe inmemorial. Su tumba se encuentra en la catedral. Se lo suele representar -aunque no exclusivamente- con vestimenta militar.

Traducido y resumido para ETF de un artículo de Ireneo Daniele en Enciclopedia dei Santi. Ver Acta Sanctorum, abril, III, pág 489-90.