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San José «Himnógrafo», monje y presbítero

La «Vita» de san José «Himnógrafo» fue escrita por su discípulo y sucesor Teófanes. Nació en Sicilia en el 816, y al tiempo de las invasiones árabes del 827 se refugió con su familia en el Peloponeso (Grecia meridional). A los 15 años -en el 831- se trasladó a Tesalónica (la actual Salónica) en Macedonia, tomando el hábito religioso en el monasterio de Latomia. Consagrado sacerdote, tuvo como maestro espiritual a san Gregorio Decapolita, que hacia el año 840 lo lleva consigo a Constantinopla, donde junto a otros discípulos vivieron en la iglesia de San Antipas.

Al año siguiente, José fue enviado a Roma, al papa Gregorio IV, para pedir su ayuda en la lucha entablada por su maestro y condiscípulos contra la herejía iconoclasta, que había iniciado el emperador León III Isáurico en el 726. La nave sobre la que estaba embarcado cayó en manos de piratas árabes que lo condujeron a Creta; fue rescatado y liberado por personas caritativas, y en el 843 volvió a Constantinopla, donde encontró a su maestro Gregorio muerto, o moribundo.

Permaneció como eremita en la misma iglesia de San Antipas, y luego por cinco años fue a la iglesia de San Juan Crisóstomo, donde en el 850 fundó un monasterio, del que fue egúmeno (abad), trasladando allí las reliquias de Gregorio, de su discípulo Juan, y de san Bartolomé, que había conseguido en Tesalónica. Quedó relacionado con los acontecimientos de la deposición del patriarca Ignacio, ocurrida el 23 de noviembre del 858, y puesto que era amigo y sostenedor del patriarca, fue exiliado por el potente césar Bardas a Querson, en Crimea, donde permaneció posiblemente hasta la reposición de Ignacio en la sede, en el 867.

El emperador Basilio I el Macedonio (812-886) le confió la custodia de Santa Sofía de Constantinopla, y en esta función recibió a los enviados del papa Adrián II al Concilio de Constantinopla, el 25 de septiembre del 869. Después de una interrupción, retomó nuevamente el cargo hasta el 866, año en el que murió, el 3 de abril. Son célebres sus himnos en la liturgia griega, de lo cual deriva su nombre de «Himnógrafo».

Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.