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San Humilde Pirozzo, religioso

Lucas Antonio nació en Bisigniano en la provincia de Cosenza, hijo de Juan Pirozzo y Junípera Giardini el 26 de agosto de 1582. Desde niño fue admirable por su extraordinaria piedad, participaba en la misa todos los días, recibía la santa comunión en todas las fiestas y oraba y meditaba la pasión del Señor aun en los campos.

Se inscribió en la cofradía de la Inmaculada Concepción y todos los miembros lo señalaban como modelo de todas las virtudes. Una vez alguien le dio una solemne bofetada en público, y él por toda respuesta le presentó humildemente la otra mejilla. A los 18 años sintió el llamamiento de Dios a la vida religiosa, pero debió diferir por nueve años la realización de sus ideales; entre tanto llevó una vida austera y fervorosa. A los 27 años entró entre los Hermanos Menores en el noviciado de Mesurata (Catanzaro), donde estaban encargados de la formación de los jóvenes dos santos religiosos. Superadas por intercesión de la Virgen no pocas dificultades, emitió la profesión el 4 de septiembre de 1610, tomando el nombre de Humilde (Umile)

Desde joven tuvo el don de continuos éxtasis, tanto que era llamado el «fraile extático». Estos fenómenos comenzaron desde 1613 a producirse también en público, y fueron para él ocasión de una larga serie de pruebas y humillaciones, a las cuales lo sometieron los superiores a fin de asegurarse de que provenían realmente de Dios y que no había engaño diabólico. Soportadas felizmente estas pruebas, se acrecentó su fama de santidad entre los cohermanos, lo mismo que entre el pueblo.

Fue enriquecido con otros dones singulares, como leer en los corazones, profecía, milagros y ciencia infusa. A pesar de ser analfabeto y tardo de entendimiento, daba respuestas sobre la Sagrada Escritura y sobre la doctrina católica que causaban admiración a insignes teólogos. El arzobispo de Reggio Calabria, presidiendo una asamblea de teólogos y de sacerdotes, le presentó dudas y objeciones que él resolvió con gran facilidad. Fue llevado ante el inquisidor de Nápoles, Monseñor Campanile, pero Humilde respondió siempre con gran simplicidad.

El Ministro general de los Hermanos Menores, padre Benigno de Génova lo llevó como compañero en la visita a varias provincias de la Orden; gozó de la confianza de los Sumos Pontífices Gregorio XV y Urbano VIII, quienes repetidamente lo llamaron a Roma y lo hicieron examinar rigurosamente, pero también gozaron de sus oraciones y de sus consejos. Permaneció por años en Roma en el convento de San Francisco de Ripa. Las virtudes en que se distinguió fueron la oración, la obediencia y la humildad. Murió en Bisigniano, donde había vivido los últimos años, el 26 de noviembre de 1637 a la edad de 55 años. Fue beatificado por SS León XIII, y canonizado por SS Juan Pablo II en 2002.