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San Bruno de Wurzburgo, obispo

San Bruno de Würzburg era hijo de Conrado, duque de Carintia, y de la baronesa Matilde, sobrina de San Bruno Bonifacio de Querfurt, el segundo apóstol de Prusia. Nuestro santo recibió el nombre de Bruno en honor de su tío abuelo. El joven, que había abrazado la carrera clerical, fue elegido obispo de Würzburg en 1033, y gobernó sabiamente su diócesis durante once años. Gastó todo su patrimonio en la construcción de la magnífica catedral de San Kilián y en la restauración de otras iglesias. Dos emperadores -Conrado II y Enrique III-, que admiraban la gran erudición del santo, le escogieron por consejero. Entre los libros que escribió san Bruno, se cuentan los comentarios a la Sagrada Escritura, al Padrenuestro, al Credo de los Apóstoles y al Credo de San Atanasio.

El santo obispo acompañó a Italia a su pariente Conrado II; se dice que, a raíz de una aparición del gran san Ambrosio de Milán, convenció al emperador para que levantase el sitio de Milán. El emperador Enrique III llevó consigo a san Bruno en su campaña de 1045 contra los húngaros. En Panonia, la comitiva regia pasó la noche en el castillo de Bosenburg o Porsenburg, a orillas del Danubio, frente a la actual población de Ips, de Austria superior. Durante la cena se derrumbó el techo del comedor, que era muy antiguo. El emperador se salvó de morir al refugiarse bajo el marco de una ventana; pero casi todos sus acompañantes quedaron heridos o perecieron aplastados. San Bruno murió una semana más tarde, a consecuencia de las heridas. Su cuerpo fue trasladado a Würzburg y sepultado en la basílica que él había construido.

No existe ninguna biografía original propiamente dicha del santo; pero se encontrará un articulo en Acta Sanctorum, mayo, vol. IV.