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San Bononio, abad

Bononio nació en Bolonia en la segunda mitad del siglo X. Después de haber vivido su juventud en la ciudad, partió para Oriente y se estableció cerca de El Cairo, en Egipto, para llevar vida eremítica. Durante su permanencia en el país del Nilo se distinguió por su piedad y devoción y por su dedicación a favor de la población local, entre lo que colaboró en la construcción de algunas iglesias.

Cuando Pedro, obispo del Vercelli, fue capturado por los árabes, seguido de la derrota de Otón II en Stilo, Bononio se interesó por su liberación, que se concretó hacia el 990. Al regresar a su patria, Pedro, por reconocimiento hacia el santo -quien mientras tanto se había retirado a hacer vida eremítica en el Sinaí- lo nombró abad del monasterio de Lucedio.

En su viaje a la nueva tarea, se detuvo primero en la Toscana, cerca del monasterio de San Miguel de Marturi, en el territorio de Poggibonsi, y luego en su ciudad natal, donde realizó algunos milagros. Ya en Lucedio, Bononio -rico de experiencia monástica, de profunda espiritualidad y dotado de una singular capacidad práctica- se dedicó al gobierno de la fundación monástica, buscando restaurar la disciplina y corrigiendo las costumbres de los monjes. Se preocupó también por el bien material de la población que vivía en los territorios puestos bajo su jurisdicción, demostrando estar a la altura del encargo recibido.

Las tradiciones locales piamontesas recuerdan sus viajes a través de las varias filiales del monasterio lucediense. En Valsesia fue de visita a la abadía de Parone dedicada a los santos Pedro y Pablo, y poco más allá de dicho monasterio, en Doccio, surgió después una iglesia, hoy parroquia del pueblo, sobre el lugar en el cual el santo se detuvo a reposar. En otro lugar un poco más distante, él habría sugerido la construcción de una iglesia en honor de la Virgen -hoy en estilo del XVI, dedicada a la Virgen del Rosario-, que en su estructura evidencia trazas de fases antiguas de construcción.

Murió con fama de santidad en Lucedio el 30 agosto de 1026, y en tal día se celebra la fiesta en el calendario litúrgico piamontés. Su empeño y sus obras al servicio de la iglesia, en una época ciertamente no fácil, fueron públicamente reconocidos, tanto por el Pontífice Juan XIX, que lo canonizó, como por el obispo de Vercelli Arderico, que monumentalizó su sepultura con la construcción de un altar. Sus reliquias, después de la supresión del monasterio, son hoy veneradas en la iglesia parroquial de Fontanetto Po. La iconografía, limitada a los lugares en los cuales está presente su culto, representa a Bononio genéricamente como un abad, sin particulares atributos que faciliten la identificación.

Traducido para el ETF de un artículo de Damián Pomi.