Oh Rey de la Paz, danos tu Paz y perdona nuestros pecados. Aleja a los enemigos de la Iglesia y guárdala, para que no desfallezca. Emmanuel, Dios con nosotros, está entre nosotros en la gloria del Padre y del Espíritu Santo Bendícenos y purifica nuestro corazón y sana las enfermedades del alma y del cuerpo. Te adoramos, oh Cristo, con el Padre de bondad y con el Espíritu Santo, porque has venido, nos has salvado.