Al Vencedor: sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David, cuando los filisteos le prendieron en Gat. Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre; me oprime combatiéndome cada día.
2
Me devoran mis enemigos cada día; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
3
El día temo, mas yo en ti confío.
4
En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado, no temeré lo que la carne me hiciere.
5
Todos los días me contristan mis negocios; contra mí son todos sus pensamientos para mal.
6
Se reúnen, se esconden, miran ellos atentamente mis pisadas, esperando mi alma.
7
¿Escaparán ellos por la iniquidad? Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor.
8
Mis huidas has contado tú; pon mis lágrimas en tu odre, ciertamente en tu libro.
9
Entonces serán vueltos atrás mis enemigos el día que yo clamare a ti; en esto conozco que Dios es por mí.
10
En Dios alabaré su palabra; en el SEÑOR alabaré su palabra.
11
En Dios he confiado; no temeré lo que el hombre me pueda hacer.
12
Sobre mí, oh Dios, están tus promesas; te tributaré alabanzas.
13
Porque has librado mi vida de la muerte, ciertamente mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.