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San Leandro de Sevilla, obispo

Los godos o visigodos, que reinaron en Espa帽a durante cuatro siglos, se convirtieron del arrianismo gracias sobre todo a los esfuerzos de san Leandro. El padre del santo era Severiano, duque de Cartagena, ciudad en la que Leandro naci贸. Su madre era hija de Teodorico, rey de los ostrogodos. Sus hermanos fueron san Fulgencio, obispo de 脡cija, y san Isidoro, quien le sucedi贸 en la sede de Sevilla. Ten铆a tambi茅n una hermana, santa Florentina y la tradici贸n afirma que otra de sus hermanas se cas贸 con el rey Leovigildo. Pero este 煤ltimo dato no es seguro y, en caso de ser cierto, debi贸 crear muchas dificultades al santo, pues Leovigildo era un ferviente arriano.

Desde ni帽o, se distingui贸 Leandro por su elocuencia y su fascinante personalidad. Siendo muy joven, entr贸 en un convento de Sevilla, donde se entreg贸 durante tres a帽os a la oraci贸n y el estudio. A la muerte del obispo de Sevilla fue elegido un谩nimemente para sucederle; pero su nueva dignidad no le hizo cambiar de costumbres. El santo se dedic贸 inmediatamente a combatir el arrianismo, que hab铆a hecho grandes progresos, y con su oraci贸n y predicaci贸n obtuvo numerosas conversiones, entre otras la de Hermenegildo, el hijo mayor del rey Leovigildo. El a帽o 583, san Leandro fue a Constantinopla al frente de una embajada; en esa ciudad conoci贸 a san Gregorio Magno, que aun no era papa, y hab铆a ido all铆 como legado del papa Pelagio II. Una gran amistad les uni贸 desde entonces, y san Gregorio escribi贸 su comentario sobre el libro de Job (芦Moralia in Iob禄), a instancias de san Leandro.

Al regresar a Espa帽a, san Leandro continu贸 luchando por la fe; pero en el 586 Leovigildo conden贸 a muerte a su propio hijo, san Hermenegildo, por haberse negado a recibir la comuni贸n de manos de un obispo arriano, y al mismo tiempo desterr贸 a varios prelados cat贸licos, entre los que se contaba a san Leandro y a su hermano san Fulgencio. El santo obispo continu贸 su tarea desde el destierro, escribiendo dos libros contra el arrianismo y otro m谩s para responder a las objeciones que se hab铆an hecho a los dos primeros. Leovigildo levant贸 la pena de destierro poco despu茅s y, ya en su lecho de muerte, confi贸 a san Leandro a su hijo Recaredo para que le instruyese en la verdadera fe. Sin embargo, el propio Leovigildo muri贸 sin reconciliarse con la Iglesia, por miedo de ofender al pueblo, seg煤n cuenta san Gregorio. Bajo la direcci贸n de san Leandro, Recaredo lleg贸 a ser un fervoroso cat贸lico, bien instruido en la fe. Leandro demostr贸 tal sabidur铆a en sus discusiones con los obispos arrianos, que acab贸 por ganarles a su doctrina, m谩s con sus argumentos que con su autoridad. Esto produjo la conversi贸n de todo el pueblo visigodo. Igual 茅xito tuvo el santo con los suevos, otro pueblo de Espa帽a pervertido por Leovigildo. Nadie se regocij贸 m谩s de los triunfos del santo obispo que san Gregorio Magno, quien le escribi贸 una afectuosa carta de felicitaci贸n y le envi贸 un palio.

En el 589, san Leandro presidi贸 el tercer Concilio de Toledo, que redact贸 una solemne declaraci贸n de la consustancialidad de las tres Personas divinas y vot贸 veintitr茅s c谩nones disciplinares. Como se ve, san Leandro no se preocupaba menos de la pureza de la fe que de las buenas costumbres. Al a帽o siguiente, tuvo lugar en Sevilla otro concilio con el fin de confirmar y sellar la conversi贸n del pueblo a la verdadera fe. San Leandro conoc铆a, por experiencia, el poder de la oraci贸n y trabaj贸 por fomentar la verdadera devoci贸n en todos los fieles, pero sobre todo en los que se hab铆an consagrado a Dios en la vida religiosa. Su carta a santa Florentina, documento conocido con el nombre de 芦Regla de la Vida Mon谩stica禄, tiene por tema principal el desprecio del mundo y la oraci贸n. Una de las obras m谩s importantes de san Leandro fue la reforma de la liturgia. Siguiendo la pr谩ctica de las iglesias orientales, el tercer Concilio de Toledo introdujo en la misa el Credo de Nicea, que repudiaba la herej铆a arriana. M谩s tarde, otras Iglesias de Occidente y la misma Iglesia de Roma adoptaron esa pr谩ctica.

San Leandro se vio frecuentemente atacado por las enfermedades, particularmente por la gota. San Gregorio, que sufr铆a tambi茅n de ese mal, alude a ello en una de sus cartas. Seg煤n una antigua tradici贸n espa帽ola, la famosa imagen de Nuestra Se帽ora de Guadalupe del Real Monasterio de Nuestra Se帽ora de Guadalupe en C谩ceres, Extremadura, fue un regalo del Papa san Gregorio a su amigo san Leandro. De los numerosos escritos del santo, los 煤nicos que han llegado hasta nosotros son la 芦Regla de la Vida Mon谩stica禄 y una homil铆a de acci贸n de gracias por la conversi贸n del pueblo godo. San Leandro muri贸 hacia el a帽o 600. Sus reliquias se conservan en la catedral de Sevilla. La liturgia espa帽ola celebra la memoria de san Leandro el 13 de noviembre.

Ver Acta Sanctorum, marzo, vol. II; Gams, Kirchengeschichte von Spanien; vol. II pte. 2, pp. 37 ss., 66 ss.; DTC, vol. IX, p. 95. Ver tambi茅n el excelente art铆culo de la Sra. Humphry Ward sobre san Leandro, en A dictionary of Christian Biography, ed. William Smith y Henry Wace, vol. III, pp. 637-640. Leovigildo y la conversi贸n de Recaredo corresponden al cuadro general de la historia de la Iglesia en su transici贸n a la Edad Media, cfr. Jedin, H. manual de Historia de la Iglesia, II, p谩g 757ss. Herder. Leandro como autor est谩 tratado en Patrolog铆a, Di Berardino, BAC, tomo IV, p谩g 91.
Cuadro: Bartolom茅 Murillo: 芦Leandro y Buenaventura禄, 1665-1666, en el Museo de Ballas Artes de Sevilla.