SLDM,OYM脕R

San Lamberto de Maastricht, obispo y m谩rtir

Landeberto era el nombre de este santo al que todo el mundo llama Lamberto. Era natural de Maestricht y vino al mundo en una familia noble y muy acaudalada, entre los a帽os 633 y 638. Su padre le envi贸 a san Teodardo para perfeccionar su educaci贸n, y aquel santo obispo tuvo en tanta estimaci贸n a su pupilo, que no omiti贸 esfuerzo ni sacrificio para instruirle y ejercitarle en las ciencias y la pr谩ctica de las virtudes cristianas. Y por cierto que el alumno fue un cr茅dito para su maestro. Su bi贸grafo, que naci贸 poco despu茅s de la muerte de Lamberto, le describe como 芦un joven prudente y virtuoso de agradable presencia, cort茅s y de fina educaci贸n y cultura en su hablar y en sus modales; era alto y fuerte, resuelto en la lucha, lleno de buen sentido, amable, puro, humilde y muy afecto a la lectura禄. Cuando san Teodardo, obispo de Tongr茅s-Maestricht, pereci贸 asesinado, Lamberto fue se帽alado para sucederle. Apenas acababa de ocupar la sede, en 674, cuando se instal贸 como alcalde de la ciudad el tirano Ebroin y, casi inmediatamente despu茅s, Childerico II, el rey de Austrasia, fue asesinado, lo que dio ocasi贸n a Ebroin para tomar represalias contra todos los que hab铆an apoyado a su enemigo Childerico. La venganza colectiva alcanz贸 a Lamberto que fue expulsado de su sede y se retir贸 al monasterio de Stavelot. Durante los siete a帽os que permaneci贸 ah铆, se someti贸 a las reglas tan estrictamente como el m谩s entusiasta de los novicios. Basta decir uno de los casos que le ocurrieron en el convento para comprender cu谩nta devoci贸n hab铆a en su coraz贸n por servir a Dios con la perfecci贸n de su estado temporal. Cierta noche de invierno, cuando estaba a punto de acostare a dormir, dej贸 caer uno de sus zapatos y caus贸 un gran ruido que lleg贸 a o铆dos del abad. Este mand贸 que el autor de aquel estruendo fuese a orar al pie de la gran cruz que se hallaba frente a la puerta de la iglesia. Inmediatamente, sali贸 Lamberto de su celda tal como estaba, descalzo y s贸lo cubierto con su camisa delgada, para arrodillarse al pie de la cruz y orar durante horas y horas. Antes del alba, terminada la recitaci贸n de los maitines, los monjes se reunieron en torno al fuego y el abad pregunt贸 si no faltaba alguno; se le respondi贸 que uno de los hermanos hab铆a salido en la noche para orar ante la cruz y a煤n no regresaba. Orden贸 el abad que se llamara a aquel hermano y qued贸 sorprendido al ver aparecer al obispo de Maestricht en camisa, descalzo y temblando de fr铆o.

En el a帽o de 681, fue asesinado Ebroin y se nombr贸 alcalde del lugar a Pepino de Heristal, quien expuls贸 a todos los obispos usurpadores e hizo retornar a los prelados exiliados, entre los que se encontraba san Lamberto de Maestricht. El santo pastor volvi贸 a hacerse cargo de su reba帽o con renovado fervor y desempe帽贸 sus deberes episcopales con extraordinario celo y mucho fruto. Al descubrir que a煤n quedaban numerosos paganos en las regiones de Kempenland y de Brabante, se aplic贸 a la tarea de convertirlos personalmente: les predic贸 la fe de Cristo, con su infinita paciencia suaviz贸 el temperamento b谩rbaro de los paganos, los regener贸 con el agua del bautismo y acab贸 con muchas de sus supersticiones y sus malas costumbres. Junto con santa Landrada, fund贸 en las vecindades de su propia sede el monasterio de Munsterbilzen para monjas.

Entretanto, Pepino de Heristal, despu茅s de vivir muchos a帽os casado con Plectrudis, tuvo relaciones ad煤lteras con Alpa铆s, la hermana de aqu茅lla, (relaciones 茅stas de las que naci贸 Carlos Martel) y Lamberto no ces贸 de hacer reproches a la culpable pareja. Aquellas reconvenciones irritaron de tal manera a Alpa铆s, que fue a pedir protecci贸n, amparo y represalias a su hermano Dodo. Tanto le importun贸, que 茅ste, con un grupo de sus esbirros, fue en busca de san Lamberto, al que encontr贸 arrodillado en oraci贸n al pie del altar, en la iglesia de Santos Cosme y Dami谩n, en Lieja. Ah铆 mismo se precipitaron todos sobre 茅l y le asesinaron a pu帽aladas y golpes de espada. Tal es la nueva versi贸n sobre las circunstancias en que san Lamberto encontr贸 la muerte, pero sus primeros bi贸grafos, que escribieron entre los siglos octavo y d茅cimo, relataron una historia muy distinta. De acuerdo con ellos, dos hombres emparentados con Lamberto, Pedro y Andolet, mataron a mansalva a otros dos hombres que molestaban y combat铆an de continuo al obispo. Dodo, que a su vez era pariente de los asesinados, reuni贸 a sus partidarios para tomar venganza y fue a pedir cuentas a Lamberto. El santo obispo admiti贸 que tanto Pedro como Andolet deb铆an expiar su crimen y, entonces, los esbirros de Dodo se precipitaron sobre ellos y les dieron muerte sin m谩s tr谩mites. Despu茅s fueron en busca de Lamberto y, al descubrir que la puerta de su habitaci贸n estaba cerrada y atrancada, uno de los hombres de Dodo se encaram贸 hasta la ventana y arroj贸 una lanza contra Lamberto, que oraba arrodillado, y lo atraves贸 de parte a parte. Aquellos asesinatos tuvieron lugar en una casa que se encontraba en lo que hoy es la ciudad de Lieja.

La tr谩gica muerte que Lamberto soport贸 con resignaci贸n y paciencia, unida a la eminente santidad de su vida, hicieron que se le rindiera veneraci贸n como m谩rtir. Su cuerpo fue trasladado a Maestricht. Los milagros que se sucedieron en su tumba, incitaron al pueblo a construir una iglesia en el lugar donde se hallaba la casa en que fue asesinado, y el obispo que le sucedi贸 en la sede, san Huberto, traslad贸 sus reliquias al nuevo santuario. Al mismo tiempo, cambi贸 al mismo lugar el centro de la sede de Tongres-Maestricht y, en torno a la catedral que guardaba los restos de san Lamberto, se edific贸 la ciudad de Lieja. El santo es hoy el patrono principal del lugar.

Varias biograf铆as de san Lamberto se escribieron durante la Edad Media y la mayor铆a de ellas se encuentran impresas en el Acta Sanctorum, sept. vol. V. La primera por su fecha y por su importancia fue editada con comentarios cr铆ticos por Bruno Krusch en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Merov, vol. VI, donde el texto est谩 complementado con los p谩rrafos extra铆dos de biograf铆as posteriores escritas por Esteban, Sigeberto de Gembloux y Nicholas. La extensa controversia en relaci贸n con las causas precisas del asesinato de san Lamberto se halla claramente expuesta en la Analecta Bollandiana, vol. XXXIII (1914), pp. 247-249; ver tambi茅n las pp. 219-347 en el segundo volumen de los Etudes Franques (1919). Varios a帽os antes este mismo autor coment贸 la controversia bajo un nuevo aspecto en los Anuales de l麓Academie arch茅ol. de Belgique, vol. XXXIII (1876). Cf. adem谩s la Kirchengeschichte Deutschlands, vol. I, pp. 400-401 Vie la Plus ancienne de S. Lambert (1890) de J. Temarteau.