Tras la conquista de Toledo el 26 de mayo de 1085, el rey Alfonso VI, por influencia de su esposa, trajo monjes franceses que sent贸 en las sedes episcopales del reino, empezando por la propia de Toledo, en la que nombr贸 a Bernardo. Y fue 茅ste el que trajo de Francia a Geraldo, abad benedictino del monasterio de Moissac, el cual se encarg贸 de ense帽ar el canto seg煤n el rito romano a los cl茅rigos de la Iglesia de Toledo. Y cuando qued贸 vacante la sede de Braga -no estaba a煤n constituido el reino de Portugal- Alfonso VI present贸 a Geraldo, que fue elegido por el clero y el pueblo bracarense, y confirmado por Bernardo, que era el metropolitano.
Visit贸 la di贸cesis, impuls贸 la reforma de las costumbres, empezando por el clero, y actu贸 como un prelado en sinton铆a con la reforma gregoriana. Consigui贸 que sus ideas cundiesen entre sus diocesanos y su clero. Rodeado de fieles seguidores muri贸 en Bornos el 5 de diciembre de 1109, mientras realizaba a visita pastoral. Tuvo culto muy pronto en su sede, pero ha sido incorporado al Martirologio Romano recientemente, en lo que puede considerarse una suerte de confirmaci贸n de culto.
Imagen: Capilla de San Geraldo, en la catedral de Braga.