La ciudad de Saintes, en el suroeste de Francia, venera a san Eutropio como su primer obispo. El santo fue enviado de Roma, en el siglo III, a evangelizar a los habitantes. No sabemos exactamente si fue martirizado por ellos o por las autoridades romanas. La tradici贸n local afirma que san Eutropio fue a Francia en compa帽铆a de san Dionisio, en su misi贸n apost贸lica. El pueblo de Saintes, al que hab铆a predicado, le expuls贸 de la ciudad. San Eutropio se retir贸 a vivir en una cueva de los alrededores, donde se dedic贸 a la oraci贸n y a instruir a quienes se lo ped铆an. Entre otros, convirti贸 y bautiz贸 a Eustela, la hija del gobernador romano. Cuando el padre de la joven supo que era cristiana, la arroj贸 de la casa y encarg贸 a los carniceros de Saintes que asesinaran a Eutropio. Eustela encontr贸 a San Eutropio muerto, con el cr谩neo hecho pedazos y le dio sepultura en la cueva en que hab铆a vivido.
En Acta Sanctorum, abril, vol. III, hay una antigua biograf铆a latina de san Eutropio, pero no merece fe ninguna. San Gregorio de Tours (Gloria Martyrum, c. 55), y Venancio Fortunato, dan testimonio de la translaci贸n de las reliquias del santo en el siglo VI. Cf. Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, p. 138, y Analecta Bollandiana, vol. LXIX (1951), pp. 57-66. Tanto san Gregorio como Venancio escriben Eutropis.