Habiendo incurrido en la enemistad del emperador Federico II, Bonifacio fue atacado y gravemente herido en 1239. Persuadido de que no era apto para desempe帽ar el puesto de obispo, fue a Roma a rogar al papa que le permitiese renunciar al gobierno de la di贸cesis; y el papa accedi贸 a su deseo. El santo volvi贸 a Bruselas, donde se refugi贸 en un convento de religiosas cistercienses, cuya abadesa le hab铆a invitado. Su amor a la regla del Cister le movi贸 a vivir en dicha abad铆a hasta su muerte, aunque nunca ingres贸 en la orden. Se considera a san Bonifacio el primer obispo sin sede, predecesor de los corep铆scopos de la Edad Media. Existen abundantes pruebas de que, durante los diecis茅is o m谩s a帽os que residi贸 en La Cambre, consagr贸 varias iglesias y altares y ejerci贸 otras funciones episcopales. Su culto fue aprobado para la Orden Cisterciense en 1702.
Aparte de las dos cortas biograf铆as que se hallan en Acta Sanctorum, febrero, vol. III, se encontrar谩 un gran n煤mero de informaciones sueltas en las cr贸nicas, privilegios, etc. J . F. Kieckens, Etude historique sur St. Boniface (1892), se sirvi贸 en ese tipo de documentos, como tambi茅n el P. Rattinger en los dos art铆culos que public贸 en Stimmen aus Mar铆a Laach (1896), y A. Sim贸n y R. Aubert en Boniface de Bruxelles (1945). Imagen: talla en una puerta de madera del monasterio de La Cambre