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Beato Sante de Urbino Brancoisini, religioso

Santos Brancorsini, hijo de Juan Domingo y Eleonora Ruggeri, naci贸 en Montefabbri, cerca de Urbino, en 1343 y fue bautizado con el nombre de Juan Santos. Estudi贸 gram谩tica y derecho en la universidad de Urbino, pero no tom贸 la l谩urea de doctor porque se dedic贸 a la carrera militar.

A los 20 a帽os asaltado por un pariente y forzado a defender su propia vida, blandi贸 la espada y lo hiri贸 mortalmente. Angustiado por esta involuntaria muerte, Santos renunci贸 a la vida militar, y en 1362 entr贸 en la Orden de los Hermanos Menores en el estado de religioso laico, en el convento de Scotaneto cerca de Montebarocchio. La penitencia y la humildad fueron sus virtudes particulares. Sus devociones, la Eucarist铆a, con la participaci贸n devota en la santa Misa, y la Bienaventurada Virgen Mar铆a. Adem谩s de los oficios propios de su estado, por su cultura y sus virtudes que lo distingu铆an, tuvo el oficio de maestro de novicios hermanos laicos.

Movido por el esp铆ritu de expiaci贸n pidi贸 a Dios sufrir los dolores que hab铆a causado a su pariente en el mismo punto en que lo hab铆a herido. Fue escuchado. En una llaga ulcerosa que se le form贸 en la pierna derecha, de la cual nunca m谩s se cur贸. Los bi贸grafos le atribuyen muchos dones extraordinarios y milagros.

Una vez, encargado de cortar le帽a en el bosque vecino, el asno qued贸 por la noche en campo abierto y fue v铆ctima de un feroz lobo que lo destroz贸. Por la ma帽ana el beato Santos, que se dio cuenta de lo sucedido en la noche, llam贸 a s铆 a la bestia feroz, le ech贸 al cuello su cord贸n y le orden贸 de parte de Dios, reparar el mal cometido someti茅ndose a llevar la le帽a del bosque al convento. El lobo se hizo d贸cil y obediente, y por muchos a帽os continu贸 prestando su servicio a los religiosos, que se declaraban felices y honrados por un tal servicio.

Un d铆a Francisco Malatesta, duque de Urbino, se encontr贸 con el beato Santos y le pidi贸 que obtuviera del Se帽or que sus tierras fueran libradas de una verdadera invasi贸n de langostas, ratones y otros animales nocivos que devastaban los campos. El devoto hermano se arrodill贸, levant贸 los brazos al cielo y or贸. Y he aqu铆 que estos insectos y animales nocivos en breve tiempo fueron a arrojarse en el mar vecino.

La santidad del Beato Santos atrajo al convento de Scotoneto verdaderas turbas de pueblo, ansioso de ver al hombre de Dios, de o铆r su inspirada palabra, para pedirle gracias y favores. Para todos ten铆a una palabra de aliento y de consuelo. Dios lo glorific贸 con 茅xtasis y arrobamientos espirituales. Fervoroso devoto de la Sant铆sima Virgen, durante toda su vida difundi贸 su culto. Pidi贸 a la Virgen Santa que lo llamara a Dios el d铆a de su gloriosa Asunci贸n al cielo. De hecho la noche del 14 al 15 de agosto de 1392, despu茅s de haber recibido la 煤ltima bendici贸n de su superior, a los 49 a帽os de edad su santa alma vol贸 gozosa a la gloria del cielo.