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Beata Paula Gambara Costa, viuda

Paula naci贸 el 3 de marzo de 1463 en Brescia, al norte de Italia, de padres nobles y piadosos, Giampaolo Gambara y Catalina Bevilacqua. Con ocasi贸n de su nacimiento, la familia reparti贸 ayudas a instituciones ben茅ficas y a familias pobres. La joven recibi贸 una buena educaci贸n y fue orientada espiritualmente por el franciscano Andr茅s de Quinzano. Desde la adolescencia fue muy admirada por su belleza y sobre todo por el equilibrio y profundidad de sus virtudes cristianas. A pesar de su tendencia a la vida de oraci贸n y de recogimiento, sus padres la dieron en matrimonio, siendo muy joven, al conde Ludovico Antonio Costa, se帽or de Bene Vagienna (C煤neo). Despu茅s de unas nupcias principescas y de una entrada fastuosa en Piamonte, pues en Tur铆n fueron acogidos por el mismo jefe del estado, el duque Carlos I de Saboya, establecieron su domicilio conyugal en el se帽or铆o del esposo. Pronto tuvieron un hijo a quien llamaron Juan Francisco.

Al principio, Paula sigui贸 llevando el estilo de vida espiritual y piadosa del ambiente de su casa, aunque en un nuevo contexto de lujo y disipaci贸n. Pero, poco a poco, teniendo que participar en la vida de sociedad, se fue dejando conquistar por el fausto y la ostentaci贸n de los usos y costumbres del mundo que la envolv铆a. La Providencia, sin embargo, velaba por ella y no tard贸 en reconducirla al buen camino. En efecto, para su futuro espiritual fue decisivo el encuentro con el beato 脕ngel Carletti de Chivasso, sacerdote franciscano piamont茅s, figura eminente en su Orden y predicador afamado, a quien escuch贸 predicar y a quien confi贸 la gu铆a de su alma. Bajo su direcci贸n, Paula, abandonando los usos y costumbres mundanos que hab铆a ido adoptando despu茅s de su matrimonio, volvi贸 a la vida interior y devota de su adolescencia; pero, lejos de refugiarse en la huida o desprecio del mundo para hacer penitencia, se comprometi贸 a vivir su conversi贸n permaneciendo en el mundo, en el lugar a que la hab铆a llevado la Providencia y en medio de la gente de su clase y condici贸n. All铆, seg煤n su director espiritual, ten铆a que demostrar que es posible vivir de manera coherente con la fe y el Evangelio en cualquier ambiente y circunstancias. Entr贸 a formar parte de la Tercera Orden de San Francisco y desde entonces se consagr贸 a cuidar m谩s de los pobres y necesitados. Entre los a帽os 1493-1503 hubo una hambruna que dio ocasi贸n a Paula para ejercitar la generosidad con los muchos indigentes que acud铆an a sus puertas.

El esposo, que no comprend铆a ni aprobaba el cambio operado en su mujer, se volvi贸 m谩s soberbio, avaro, duro, disoluto; Paula estuvo como prisionera, y no pocas veces el conde la maltrataba a golpes, bofetadas e inclusive patadas; se volvi贸 cruel hacia ella y la humill贸 hasta el extremo, dando pie a que la misma servidumbre no tuviera respeto alguno a su se帽ora. Ludovico, que ten铆a una amante, acab贸 acogi茅ndola en su propia casa por m谩s de diez a帽os, a la vista de su mujer, de los dom茅sticos y de la gente del entorno. Paula, aconsejada por el beato 脕ngel, no explot贸 ni simplemente se resign贸; reaccion贸, s铆, pero no como enemiga o v铆ctima, sino como esposa enamorada y preocupada por salvar a su marido de las redes pasionales que lo aprisionaban y lo llevaban a la perdici贸n. En 1504 la amante del conde enferm贸 gravemente y todos la abandonaron. Solamente Paula se dedic贸 a cuidarla y la prepar贸 para morir reconciliada con Dios.

Finalmente, el sacrificio y comportamiento de Paula dieron su fruto: el conde comprendi贸 la calidad humana y espiritual tan elevada de su esposa, se convirti贸 de su vida disipada y le permiti贸 a Paula llevar externamente el h谩bito franciscano y practicar libremente sus obras de piedad y de caridad. Sucedi贸 que el conde cay贸 gravemente enfermo, y ella lo cuid贸 como esposa amante y enfermera suya; adem谩s, en sus oraciones lo encomend贸 al beato 脕ngel, que hab铆a fallecido en C煤neo. Ludovico se cur贸 y fue en peregrinaci贸n a visitar la tumba del Beato; el relato de esta curaci贸n se incluy贸 en las actas para la beatificaci贸n del P. 脕ngel. Cuando m谩s tarde Paula qued贸 viuda, se dedic贸 con total entrega a educar al hijo y a asistir a los pobres y enfermos. Muchas veces el Se帽or premi贸 su caridad con prodigios. Muri贸 en Bene Vagienna (C煤neo), donde hab铆a vivido de casada, el 24 de enero de 1515. El pueblo la vener贸 de inmediato, apreciando en ella sobre todo su modo de vivir el matrimonio con aquel marido; en su tierra natal subsiste el dicho: 芦Ha sido probada como la beata Paula禄. Su culto inmemorial fue confirmado por el papa Gregorio XVI el 14 de agosto de 1845.

Nota de ETF: Por muy admirable que pueda ser la virtud heroica de la beata Paula soportando la crueldad de su marido, debe tenerse especial cuidado en no creer que eso constituye un ejemplo a seguir por cualquier mujer, por cristiana que sea, que sufre maltrato. Esa virtud que la beata despleg贸 fue un especial don de Dios, y no es ni debe considerarse la situaci贸n normal de una mujer que sufre malos tratos. Proteger la propia integridad, ps铆quica y psicol贸gica, as铆 como la de los hijos, es lo que normalmente debe hacer una persona, salvo que luego de una dif铆cil y riesgosa penetraci贸n a trav茅s de la oraci贸n y la charla espiritual, se descubra que ese camino de humillaci贸n es un especial llamado de Dios a participar de su pasi贸n, como en el caso de 茅sta y otras santas mujeres cristianas a lo largo de la historia.

Tomado de Ferrini-Ram铆rez, Santos franciscanos para cada d铆a. As铆s, Ed. Porziuncola, 2000, pp. 30-31, que a nuestra vez copiamos del Directorio Franciscano.