Basilio y Emelia eran dos esposos cristianos que vivían en Cesarea de Capadocia, donde Basilio se dedicaba a la enseñanza de la retórica. Ambos habían nacido en la segunda mitad del siglo III. Basilio era hijo de Basilio y Macrina, esposos crstianísimos. San Gregorio Nacianceno califica a Basilio de cristiano fervoroso, hombre de gran cultura y maestro en la virtud. Emelia, dama de gran virtud igualmente, al haber quedado huérfana joven buscó la protección de un marido adecuado que encontró en Basilio.
Tuvieron diez hijos, de los cuales cuatro venera la Iglesia en los altares: san Basilio el Grande, san Gregorio Niseno, santa Macrina la Menor y san Pedro de Sebaste. De su educación cristiana cuidaron los padres con gran dedicación, iniciándolos en la lectura y conocimiento de la Sagrada Escritura. Se distinguieron por su caridad con los pobres y reconocida bondad. Ambos hubieron de ir al destierro bajo Galeno Maximino, pero, devuelta la paz al cristianismo, pudieron regresar a su tierra.
Basilio murió el año 349 cuando su último hijo acababa de nacer, y Emelia hizo frente como viuda a sus obligaciones familiares. Pero una vez que todos sus hijos tomaron estado se retiró al monasterio de Amasa, donde ya estaba su hija Macaria, y allí vivió dedicada a la oración hasta que en edad muy avanzada, murió hacia el año 370.