El testimonio de estas mártires es puramente cúltico, es decir: no tenemos ningún documento contemporáneo, pero sí un culto persistente que se les ha tributado en la isla de Cerdeña. La tradición oscila entre el grupo de dos que celebramos hoy: Justa y Enedina, y un grupo de tres, tal como se celebraba en el Martirologio Romano anterior: Justa, Justina y Erendina: Parece que la versión más correcta y antigua es la de dos.
La leyenda sobre ellas afirma que eran hijas de una matrona, Cleodonia, que habían guardado la virginidad, y que fueron mártires en una fecha tan temprana como la persecución de Adriano (inicios del siglo II). Aunque esto no es imposible, no está apoyado en ningún dato firme que conozcamos, y parece más el deseo (habitual en muchas iglesias de la antigüedad) de retrotraer los orígenes de la comunidad a lo más temprano que se pudiera. En base a algunos martirologios posteriores, se las suele ubicar más bien en las persecuciones de Dioclesiano (III-IV).
Según la tradición, las santas sufrieron el martirio en el sitio donde se alza, desde el siglo XI, la basílica de Santa Justa, en el pueblo del mismo nombre, en la provincia de Oristano, una de las ocho en que se divide la isla en al actualidad.
Ver Acta Sanctorum, mayo III, pág. 271. La imagen es la de santa Justa en la cripta de la basílica mencionada en el texto.