En la dura persecución estatal contra la Iglesia en Corea, murieron de tifus en la cárcel de Seúl el día 27 de mayo de 1839 estas dos cristianas que por el nombre de Cristo perdieron primero la libertad y luego la vida. Fueron canonizadas el 6 de mayo de 1984.
Bárbara Kim Obi había nacido en 1805 en Shi-heung, provincia de Kyonggi, en el seno de una familia pobre, católica pero no muy devota. Su padre le propuso matrimonio con un católico y ella contestó que prefería no casarse, aunque ante la insistencia del padre, finalmente accedió. Resultó que el esposo era pagano y no pensaba en absoluto convertirse. Permitió que bautizara a la hija, pero no a los hijos varones, y tuvo muchos problemas religiosos con su marido, hasta que enviudó. A los 30 años se colocó como criada, y en la casa de su señora conoció de verdad a Dios, y adhirió al Señor de todo corazón. Cuando enviudó se dedicó a la oración y las buenas obras, y tuvo el consuelo de que, habIendo llegado sacerdotes, pudo dirigirse espiritualmente con ellos.
Bárbara Yi era al momento del martirio una jovencita de 15 años, nacida en Ch'ongp'am, Seúl, en 1825, que era sobrina de santa Magdalena Yi Yong-hui y de santa Bárbara Yi Chong-hui, quienes también darían la vida por la fe y serían canonizadas con su sobrina, y con quienes había ido a vivir a la muerte de sus padres.