Grandes son la confusión y la incertidumbre a propósito de la santa conmemorada en este día con el nombre de Prisca. Por una parte, es indudable que sus «Actas», que datan a lo más del siglo X, carecen de valor histórico, ya que se trata de una simple reproducción del martirio legendario de santa Tatiana, con ligeras modificaciones. Por otra parte, es indudable que, por lo menos en Roma, se tributaba culto desde épocas muy remotas a una santa llamada Prisca o Priscila. Casi todas las relaciones la mencionan como mártir e indican que su tumba se halla en las catacumbas de Priscila, en la Vía Salaria. Además existe en el Aventino una iglesia dedicada a Santa Prisca. Dicha iglesia da su título a un cardenal. Del siglo IV al VIII, el nombre era «titulus S. Priscae», pero hacia el año 800, empezó a llamarse «titulus Aquilae et Priscae». Este último nombre se refiere evidentemente a Aquila y su esposa, Prisca, de quienes el Nuevo Testamento habla más de una vez, en relación con San Pablo (por ej. Rm 16,3). Sin embargo, el Martirologio Romano conmemora a Aquila y Prisca el 8 de julio y les sitúa en Asia Menor. Se han hecho muchas conjeturas para resolver el problema; en particular se ha hecho notar que Prisca era uno de los nombres favoritos de la familia de los Acilios Glabriones, y que el nombre latino "Aquila" se escribe en griego "Akúlas". Pero hasta el presente, no se ha llegado a ninguna solución.
Su iglesia en Roma, es una de las más primitivas. El cuerpo de la joven estaría enterrado en las catacumbas de Priscila. El año de 499 que menciona el Martirologio Romano no se refiere a la vida y martirio de santa Prisca sino a que esa fecha es el primer testimonio cierto de la dedicación de la iglesia a la santa, por lo que su muerte es necesariamente anterior, pero pudo haber sido siglos antes.
Ver Acta Sanctorum, 18 de enero; Marucchi, en Nuovo Bulletino di archeol. crist., vol. XIV (1908), pp. 5 ss; Duchesne, Liber Pontificalis, vols. I, pp. 501, 517 y II,201; Pío Franchi de Cavalieri, en Romische Quartalschrift, 1903, p. 223 y De Rossi, Roma Sotterranea, vol. I, p. 176. Cuadro: bautismo de Santa Prisca por San Pedro, de Passignano (c. 1600), Roma, Iglesia de Santa Prisca.