Santa Oportuna nació cerca de Hyesmes, en Normandía. Desde muy joven entró en un convento benedictino de las cercanías de Almeneches. Recibió el velo de manos de su hermano san Crodegango, quien era obispo de Séez. Como simple religiosa y, más tarde, como abadesa, edificó a la comunidad por su piedad y austeridad. El hermano de santa Oportuna murió asesinado; el hecho impresionó tan profundamente a la sierva de Dios, que murió poco después, no sin dejar el recuerdo de una vida de humildad, obediencia, mortificación y oración. Las leyendas que corrieron más tarde sobre la santa y la fama de sus milagros, le alcanzaron gran popularidad en Francia. Existe una «Vida» escrita por Adalelmus, obispo de Séez en el siglo X, pero la prominencia concedida al elemento milagroso, no inspira confianza.
El mejor texto de la «Vita» mencionada está en MabilIon, vol. III, pte. 2, pp. 222-231. Ver también L. de la Sicotiére, La vie de Ste. Opportune (1867) y Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. II, pp. 231-234.