Marciana, originaria de «Rusuccur» (actualmente Tigzirt, en Argelia), abandonó valientemente todas las ventajas que procura el mundo para ir a encerrarse en una celda en Cesarea de Mauritania y guardar intacta su virginidad, bajo la mirada de Dios. Sin embargo, ella creyó que era su deber declarar la guerra a la idolatría que entonces reinaba en África. Un día, al atravesar la plaza pública, no pudo soportar ver expuesta una estatua de Diana y le rompió la cabeza. La apresaron, la golpearon con varas, y, después, la condenaron a morir en el anfiteatro, desgarrada por los dientes de las fieras. Cuando esperaba este último suplicio, la entregaron a los gladiadores para que violaran su castidad, pero Dios no permitió esta infamia. Al llegarse la fecha del suplicio, Marciana fue expuesta primero a un león que no le hizo daño alguno; después, un toro se lanzó sobre ella y le hundió los cuernos en el pecho, con lo que cayó de bruces sobre el suelo, casi sin sentido. Por último, un leopardo la destrozó y expiró en este tormento.
En el Martirologio Jeronimiano, en el calendario mozárabe y en los pasionarios españoles figuraba una santa Marciana, virgen y mártir, celebrada el «V idus iul», esto es, el 11 de julio, mientras que, según parece, los martirologios de Floro y Usuardo leyeron «V idus ian», es decir, el 9 de enero, que es la fecha con la que estaba inscripta en el Martirologio Romano anterior. Parece fuera de duda que se trata de la misma santa, y que la fecha correcta, es decir, la más antigua atestiguada, es la de julio. Su culto estaba muy extendido en Toledo.
Las Actas -cuyo fondo es muy exacto- aunque alteradas en algunos puntos, se encuentran en los bolandistas el día 9 de enero. Vies des Saints el Bienhereux sélon l'ordre du calendrier avec l'historique des fétes, por los RR.PP. Baudot et Chaussin, O.S.B. En el breviario mozárabe se encuentra un bello himno en su honor. N.Etf: articulo del Butler con algunas reformas, en relación al problema de la fecha, que tomamos de «Enciclopedia dei santi».