Honorata, la cuarta hermana de san Epifanio, obispo de Pavía, vivió en el siglo V. Los nombres simbólicos de las tres primeras eran Especiosa, Luminosa y Liberata. Epifanio, siendo obispo de Pavía, tuvo que cumplir una misión ante el emperador Antemio y marchó a Roma. A su regreso, consagró a Dios a su hermana más joven, Honorata, confiándola a los cuidados de Luminosa (tal vez otra Luminosa), que vivía en el monasterio de San Vicente de Pavía, fuera de la puerta palatina.
Algunos años más tarde, en 476, el rey de los godos, Odoacro, se apoderó de la ciudad y la entregó al pillaje. Luminosa y Honorata se encontraron en el número de las cautivas. Epifanio tuvo que rescatarlas junto con otros muchos prisioneros. Luminosa no tardó en morir y Honorata, que la sobrevivió, pasó los últimos años de su vida practicando las buenas obras. A su muerte, fue enterrada en la iglesia de San Vicente. En el siglo IX, con ocasión del traslado de su cuerpo, ocurrieron muchos milagros. El día 11 de enero es el aniversario de esta traslación.
Del grupo de vírgenes mencionado (Especiosa y las demás), todas enterradas en la iglesia de San Vicente, sólo santa Honorata ha quedado inscripta en el nuevo Martirologio Romano.
Acta Sanctorum, 11 de enero. Para la «Vida de san Epifanio», de Ennodio, que da estos detalles, ver el Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum, Viena, vol. VI, p. 350. La imagen es el fragmento central del cuadro "San Epifanio libera a su hermana Honorata de las manos de Odoacro", de Paolo Barbotti (1858)