Las noticias sobre san Pientio -o simplemente Pien, en francés- nos llegan por distintas fuentes: la vida de santa Radegunda, la Historia de los Francos de San Gregorio de Tours, las letanías pontificales de Poitiers, y otras. El hecho, sin duda, más importante en la vida del santo, y por el que ha sido recordado elogiosamente, fue la valiosa ayuda que brindó a santa Radegunda, reina, esposa de Clotario y luego religiosa ella misma, para fundar el famoso monasterio de la Santa Cruz, que fue modelo para el monaquismo en la Edad Media, al ser uno de los primeros de casa doble, es decir, de varones y mujeres, en estricta clausura. El propio Pientio se volcó por completo en la nueva fundación.
Fue el cuarto sucesor del fundador de la sede, el célebre san Hilario. No es posible establecer con precisión ni el inicio ni el fin de su episcopado, pero sí, al menos, sus fechas límites: tuvo que haber comenzado entre el 542 y el 544, porque en el 541 su antecesor, Daniel, asistió al concilio regional de Orleans, mientras que en el 544 fue la fundación del mencionado monasterio. Respecto del final, sabemos que Pientio asistió a los funerales del rey Clotario, que murió en el 561, y su sucesor, Pascensio, está atestiguado desde el 565, así que entre esos años fue la muerte del santo, que suele situarse en el 564.
No sabemos por qué motivo, designó en vida a su sucesor, que iba a ser Austrapio, y a quien él mismo ordenó obispo e instaló en la sede de Chantoceaux en espera de su propia muerte; sin embargo es evidente que el sucesor de Clotario, Cariberto, no era de la misma opinión, porque nombró como obispo de Poitiers a Pascensio, y de nada valieron las protestas de Austrapio, que murió en batalla poco tiempo después, sin haber heredado la sede de Pientio.
La muerte de san Pientio está rodeada de una leyenda: navegando cerca de la isla de Maillezais, en el actual País del Loira, naufragó junto con los marineros, varios de los cuales perecieron. Pientio pidió ayuda al cielo, e hizo voto de construir un monumento en memoria del hecho, si se salvaba. Así ocurrió, y llegó hasta Maillé, una parroquia vecina a la isla. En ese territorio hizo construir un templete votivo, y allí mismo murió, un 13 de marzo de un año que se suele calcular, como ya hemos visto, en el 564.
A pesar de que su historia ha quedado bien conservada en diversas fuentes, el culto sólo se perpetuó localmente en el oratorio de Maillé, que durante unos diez siglos llevó su nombre y fue meta de peregrinación, hasta que el paso del tiempo y el olvido lo convirtieron en ruinas, y las reliquias de Pientio fueron trasladadas a la parroquia de Maillé.
Ver Acta Sanctorum, marzo II, pág. 270; S. Gregorio de Tours, Hist. Franc. IV,18; Duchesne, Fastes Ep. II, 83 y Guerín, Petits Bolladistes, III, pág 407. Imagen: vidriera de san Pientio, en la iglesia de Santa Radegunda, en Poitiers, ca. 1900.