Una leyenda piadosa -sin valor histórico- cuenta que Páride era ateniense, y se había ido a refugiar a Roma en tiempo de persecución, y allí fue consagrado obispo de Teano por el papa san Silvestre, no sin haber primero adquirido grandes méritos entre los habitantes de esta ciudad, en la que habría milagrosamente domesticado un enorme y terrible dragón que provocaba continuamente daños entre el pueblo.
Páride es considerado como el primer apóstol y patrono principal de la ciudad de Teano, donde habría muerto hacia el 346. Su cuerpo, conservado en la catedral, ha recibido culto inmemorial, y se ha difundido también por otros lugares, como Capua.
Traducido para ETF de la breve nota de Giovanni Mongelli en Enciclopedia dei santi.