No existe ningún documento fidedigno acerca de la vida y muerte de este san Pancracio; mucho menos conocido que su homónimo romano, pero muy venerado en Sicilia.
Según la leyenda, san Pancracio nació en Antioquía y fue convertido y bautizado junto con sus padres por san Pedro. El mismo san Pedro le mandó a evangelizar Sicilia y le consagró primer obispo de Taormina. Ahí predicó san Pancracio, destruyó los ídolos y, con su elocuencia y milagros, convirtió al prefecto de la ciudad, llamado Bonifacio, quien le ayudó a construir una iglesia. Después de haber bautizado a muchos neófitos, fue asesinado a pedradas por unos bandoleros que bajaron de la montaña y le capturaron por sorpresa.
En la antigüedad no era raro que las iglesias locales, sobre la base de algún mártir que había vivido o dado su testimonio realmente en el lugar, proyectaran la historia hacia el pasado, sobre todo en busca de una fundación apostólica. El Martirologio Romano cataloga a san Pancracio como de fecha desconocida, pero al ubicarlo entre san Procopio (siglo IV) y san Auspicio (siglo V), expresa su convicción de que esa vida debe haberse desarrollado en algún momento de esos siglos. En todo caso el culto de san Pancracio parece ser muy antiguo; el Hieronymianum le menciona dos veces, y su fiesta aparece mencionada en el calendario marmóreo napolitano.
En Georgia se conservaba la tradición de que fue discípulo de San Pedro. Ver Acta Sanctomm, nov., vol. II, pte. 2, p. 359. El texto griego del penegírico de Teófanes puede verse en Migne, PG., vol. CXXXII, ce. 989 ss. Imagen: altar de san Pancracio, en la iglesia titular de Taormina.