Gerlando fue obispo de Agrigento (Girgenti en siciliano), en Sicilia. Lo único que sabemos sobre él es que nació en Besançon, en Borgoña, y que la catedral de Agrigento lleva su nombre. Diversas fuentes y tradiciones nos ofrecen materia para conjeturar sobre su vida. Se supone que san Gerlando estuvo en estrecha relación con los condes normandos, Roberto Guiscardo y Rogelio, quienes, en el siglo XI, emprendieron la reconquista de Sicilia contra los árabes. Sus esfuerzos se vieron coronados por el éxito y los condes confiaron a Gerlando varios oficios eclesiásticos. Pero Gerlando escandalizado por la conducta de quienes le rodeaban, volvió a Borgoña con la intención de retirarse a la soledad.
El conde Rogelio le llamó a Sicilia para nombrarle obispo de Girgenti y Gerlando fue consagrado por el beato Urbano II. El trabajo no escaseaba en aquella tierra que los moros habían ocupado tanto tiempo. Gerlando reconstruyó la catedral, que se hallaba en ruinas; igualmente construyó una residencia episcopal y obtuvo un documento sobre su jurisdicción. Tuvo conversaciones privadas y discusiones públicas con los judíos y sarracenos, a muchos de los cuales convirtió y bautizó. Se dice que en este campo consiguió éxitos maravillosos. Murió a la vuelta de un viaje a Roma, después de haber predicho su fin, según parece.
Ver Acta Sanctorum, febrero, vol. III , Lauricella, S. Gerlando... di Girgenti (1893); y Analecta Bollandiana, vol. LVII (1939), pp. 105-108.