Franco nace en Roio (L'Aquila, Italia) hacia 1159. Luego de hacer los primeros estudios bajo la direccion de un sacerdote se hizo monje benedictino en San Jorge de Lucoli, y vivió con entrega y devoción la vida del monasterio durante unos veinte años. Luego obtuvo permiso para llevar vida eremítica, que llevó por diversos sitios hasta que finalmente se estableció cerca de Assergi, junto a los Montes Sabinos. Bajaba varias veces al año en las principales fiestas a la iglesia de Santa María in Silice a fin de recibir la sagrada comunión. En torno a su memoria surgieron tradiciones sobre hechos milagrosos, uno de ellos el haber librado a un niño de las fauces de un lobo, milagro representado de ordinario en su iconografía. Tras su muerte fue llevado a enterrar a la iglesia del monasterio y los fieles comenzaron a darle culto. La diócesis de L'Aquila celebra su memoria.