El Colegio Inglés de Douai (Francia) fue fundado en 1568. En los primeros años de la persecución, las autoridades de Inglaterra solían hacer una distinción entre los sacerdotes ordenados en ése o en otros seminarios del extranjero y los «sacerdotes marianos», es decir, que habían recibido la ordenación sacerdotal en Inglaterra. El primer sacerdote del seminario de Douai que pagó su misión con la vida, fue san Cutberto Mayne. Había nacido en Youlston, cerca de Barnstaple, en 1544. Un tío suyo, sacerdote cismático, lo educó en el protestantismo. Cutberto estudió en la escuela de Barnstaple. A los dieciocho o diecinueve años fue ordenado ministro, sin tener ninguna inclinación ni preparación. Su tío le envió entonces al Colegio de San Juan de Oxford, donde el joven conoció al Dr. Gregorio Martin y a san Edmundo Campion, que era todavía protestante. Cutberto comprendió muy pronto que la verdad estaba en el catolicismo, pero no se atrevió a abandonar el protestantismo por miedo de perder cuanto tenía y quedarse en la miseria. Martin y Campion partieron al Colegio Inglés de Douai y desde allí escribieron varias veces a Cutberto para invitarle a reunirse con ellos. En 1570, poco después de que Cutberto hubiera obtenido la lincenciatura, una de esas cartas cayó en manos del obispo de Londres, quien mandó arrestar a todos los estudiantes de Oxford cuyos nombres figuraban en ella. Cutberto estaba entonces ausente, de suerte que escapó de la prisión casi milagrosamente. Pero aquel incidente venció sus últimas resistencias: inmediatamente abjuró del protestantismo y, en 1573, ingresó en el Colegio de Douai. Tres años después, recibió la ordenación sacerdotal y obtuvo el título de Bachiller en teología. En abril de 1576, fue enviado a Inglaterra con san Juan Payne. Cutberto Mayne fue el décimo quinto sacerdote de Douai enviado a Inglaterra.
El santo estableció su residencia en casa de Francisco Tregian, en Golden de Cornwall, donde se hizo pasar por un criado. Sabemos muy poco acerca de los ministerios de Cutberto. Lo cierto es que su presencia despertó sospechas porque un año después el alcalde mayor, Ricardo Grenville, recorrió palmo a palmo la casa de Tregian. El padre Mayne fue arrestado por llevar al cuello la imagen de un «Agnus Dei». También el señor Tregian fue detenido. El alcalde arrastró a san Cutberto de la casa de un noble a otro. Finalmente, en Launceston le encerró en una horrible mazmorra y le encadenó a un poste del camastro. Hacia el día de la fiesta de San Miguel, el padre Mayne fue juzgado por varios «crímenes»: por haber obtenido de Roma y publicado en Golden «una facultad de absolver» a los súbditos de la reina (en realidad se trataba de un ejemplar de la indulgencia del jubileo de 1575); por haber enseñado en la cárcel de Launceston que el obispo de Roma conservaba el poder espiritual sobre Inglaterra y haber dado al Señor Tregian «un objeto vano y supersticioso, vulgarmente llamado 'Agnus Dei'» (de lo cual no se adujo pruba alguna); y por haber celebrado la misa (pues se habían descubierto en Golden un misal, un cáliz y unos ornamentos sacerdotales); todo ello contrario a los estatutos de la Reina.
El jurado dirigido por el fiscal Manwood, después de hablar muy largamente con el alcalde Grenville, declaró culpable al acusado, que fue condenado a muerte. Tres de los cuatro señores y los tres administradores de sus fincas fueron condenados a prisión perpetua y a la confiscación de sus bienes, por haber prestado ayuda al culpable. Pero el segundo juez, que se llamaba Jeffrey, descontento de la forma en que se había llevado el proceso, consideró que el caso fuera estudiado nuevamente por todo el cuerpo judicial en Serjeants'Inn. Los jueces no lograron ponerse de acuerdo; pero, aunque la mayoría opinaba como Jeffrey, el Consejo Privado determinó que se ejecutase la sentencia para que sirviese de escarmiento a los sacerdotes que pasaban del continente a Inglaterra. La víspera de la ejecución, se ofreció la libertad al padre Mayne, a condición de que jurase la supremacía espiritual de la Reina. El santo pidió una Biblia, la besó y dijo: «La Reina no ha sido ni será nunca la cabeza de la Iglesia en Inglaterra». Fue conducido en un trineo al sitio de la ejecución y no se le permitió dirigir la palabra a la multitud desde el patíbulo. Como las autoridades tratasen de arrancarle una confesión contra el señor Tregian y su cuñado, Sir John Arundell, el Padre Mayne declaró: «Lo único que sé sobre ellos es que son hombres buenos y piadosos. El único que estaba al tanto de mi ministerio sacerdotal era yo mismo». El santo fue descuartizado vivo, pero probablemente ya había perdido el conocimiento cuando los verdugos enpezaron a desentrañarle.
Cutberto Mayne fue uno de los mártires beatificados por León XIII, y fue canonizado por Pablo VI entre los «Cuarenta Mártires de Inglaterra y Gales», en 1970. Su fiesta se celebra en Plymouth y algunas otras diócesis de Inglaterra. Las carmelitas de Lanherne poseen una importante reliquia del cráneo del santo; procede de Launceston, donde fue expuesta la cabeza después de la ejecución. Francisco Tregian fue desposeído de sus bienes y estuvo en diversas prisiones durante casi treinta años. Murió en Lisboa en 1608 y a sus reliquias se atribuyeron varios milagros. Es de notar que ninguno de aquellos a los que el Padre Mayne reconcilió con la Iglesia, apostató de la fe católica, sin duda porque la habían conocido gracias a tan excelente maestro.
El relato más fidedigno del martirio del P. Mayne es el que escribió E. S. Knox para la obra de Camm, «Lives of English Martyrs», vol. II, pp. 204-221 y 656. Véase también «Memoires of Missionary Priests», pp. 1-6 y 601; R. A. McElroy, Bd Cuthbert Mayne (1929); A. L. Rowse, Tudor Cornwall (1941), c. XIV; y P. A. Boyan y G. R. Lamb, Francis Tregian (1955).