La hermosa iglesia de San Cuniberto, en Colonia, fue construida por este obispo, quien la dedicó a San Clemente. Cuando las reliquias de san Cuniberto fueron depositadas en ella, se le dio el nombre de nuestro santo. Cuniberto fue sin duda un prelado santo y distinguido, pero los documentos biográficos son poco fidedignos y no muy detallados.
Se cuenta que fue educado en la corte de Clotario II. Después de recibir las sagradas órdenes, fue nombrado archidiácono de la iglesia de Tréveris. Hacia el año 625 fue elegido obispo de Colonia. Gozaba de una autoridad tan grande, que comúnmente se le da el título de arzobispo, aunque en realidad Colonia no llegó a ser sede metropolitana sino hasta el siglo VIII. San Cuniberto fue consejero del rey y asistió a varios sínodos de importancia. Cuando Dagoberto I coronó rey de Austracia a su hijo Sigeberto, que tenía entonces cuatro años, nombró a Cuniberto entre los tutores del monarca. Por una carta de san Bonifacio, sabemos que san Cuniberto intervino en la evangelización de los frisios. Algunos años más tarde, el santo abandonó la corte para consagrarse enteramente a sus deberes pastorales. No sabemos a qué edad murió, pero lo cierto es que dejó tras de sí gran fama de santidad.
Las biografías medievales de san Cuniberto, que son muy numerosas, se dividen en dos clases. El Padre P. M. Coens en Analecta Bolandiana, vol. XCVII (1929), pp. 338-337, discute muy a fondo la cuestión, da una amplia bibliografía sobre las obras más recientes y publica un texto en particular. Acerca de la iglesia de San Cuniberto, véase Festschrift Anton Ditges gewidme (1911), y P. Clemen, en Kunstdenkmäler der Rheinprovinz, vol. VI, pte. 4 (1916), pp. 231-313. Las reliquias de los Dos Ewaldos (3 de octubre) se conservan en la iglesia de San Cuniberto.