Ferrario, el hagiógrafo clásico de los santos de Italia, nos informa que san Crispino nació en Pavia de familia noble, y que, siendo canónigo, fue promovido al episcopado por san Urcisino (no incluido en el Martirologo Romano), a quien sucedió, quizás hacia el 433. Parece que se distinguió por sus servicios a la paz entre los ciudadanos, interviniendo en las disputas de las facciones enfrentadas. Del mismo modo ayudó a restablecer la concordia entre contendientes que disputaban por el precio de unos campos, de lo que todos quedaron agradecidos, y recordaron como una valiosa intervención del varón apostólico.
No se han conservado más hechos de su vida, a pesar de un largo episcopado, de unos 34 años. Murió hacia el 467, y le sucedió san Epifanio de Pavia.
Redactado a partir de la breve noticia en Acta Sanctorum, enero I, pág 356.