San Claro, que recibió este nombre en su juventud debido a su lucidez, no tanto en las ciencias humanas, cuanto en la percepción de las cosas espirituales, parece haber sido nombrado abad del monasterio de San Marcelo, en Vienne, del Delfinado, a principios del siglo VII. Una biografía latina, escrita más de cien años después, relata muchos milagros legendarios, pero es probablemente verídica al afirmar que Claro fue el primer monje de la abadía de San Ferrol; que era muy estimado por Cadeoldo, arzobispo de Vienne; que fue nombrado director espiritual del convento de Santa Blandina, en el que su madre y otras viudas tomaron el velo, y que terminó sus días hacia el año 660, siendo abad de San Marcelo. Al parecer, su culto fue confirmado por SS Pío X en 1903.
Ver Acta Sanctorum, l de enero, y M. Blanc, Vie et culte de S. Clair (2 vols., 1898). El acta de CC, incluida en el acta colectiva de ASS 36 (1903-4) pág. 424.