En época de la persecución de los católicos por los arrianos, bajo el reinado del emperador Constanzo, a mediados del siglo IV, el obispo de Tréveris san Paulino, ferviente defensor de san Atanasio, fue desterrado. Bonoso era un viejo sacerdote de su diócesis que defendió públicamente la doctrina de su obispo, y fue por ello brutalmente tratado.
Paulino murió en el destierro en el 358, pero las circunstancias políticas cambiaron, y quien había sido rechazado por ser su defensor, resultó ahora elegido como sucesor de la sede episcopal, así que Bonoso vino a ser el séptimo obispo de la sede, cuando aun Tréveris no había alcanzado ni el esplendor ni el lugar hstórico que le cupo sólo pocos siglos más tarde.
Nada sabemos acerca de sus actividades como obispo, aunque sabemos que el año 374 su sucesor, san Britón, asistió al Concilio de Valence, por lo que podemos deducir que Bonoso ocupó la sede algún tiempo entre el 358 (muerte de Paulino) y el 374 (primera fecha constatada de Britón). Lamentablemente, es todo lo que es posible afirmar con certeza, sin embargo la memoria de su episcopado se mantuvo constante, y es recogida en esta misma fecha en los más importantes martirologios históricos. Las reliquias del santo, luego de estar un tiempo en la iglesia de San Sinforiano se veneran en la actualidad en la de San Paulino, también en Tréveris.
Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, III, 35. Acta Santorum, febrero III, pág 11.