San Barnardo nació de una distinguida familia, hacia el año 778. Durante su juventud, estuvo al servicio de Carlomagno y se casó. Pero a la muerte de su padre, hacia el año 800, fundó la abadía de Ambronay, donde después se hizo monje y fue elegido abad. El año 810, fue hecho obispo de Vienne, en Francia. Aunque las biografías que poseemos no aportan muchos datos y son de época tardía, todo nos lleva a la conclusión de que Barnardo fue uno de los más influyentes y santos prelados de su tiempo.
Tal vez su conducta en las agitaciones políticas de la época de Luis el Bueno, no fue la más prudente, pero su celo por la pureza de la fe y las costumbres es indiscutible. La autenticidad de las encomiásticas cartas que le dirigieron los papas Pascual I y Eugenio II es muy dudosa. San Barnardo fundó la abadía de Romans, hacia el año 837, donde fue enterrado a su muerte, acaecida el 23 de enero del año 842. Sobre su tumba está grabado un epitafio muy elogioso, donde se dice, entre otras cosas, que fue
«...ilustre, egregio, generoso, elocuente, honesto
con la Doctrina, con el pueblo, con la religión, con Dios...»
Ver Acta Sanctorum, 23 de enero; Analecta Bollandiana, vol. XI (1892), pp. 402 ss.; Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. I, pp. 148, 158, 201, 210; y Dictionnaire d'Histoire et de Géographie ecclésiastiques, vol. VI, ce. 858-859. Acta de CC en ASS 36 (1903-4) pág. 424.