No tenemos sobre Asclepíades más datos que dos referencias que hace a él Eusebio de Cesarea, en su Historia Eclesiástica, y extractando esos datos en su Crónica. Por un lado nos establece la sucesión antioquena: a Serapión de Antioquia le sucedio nuestro Serapión, hacia el 211-12, y fue a su vez sucedido en torno al 218 por Fileto.
San Alejandro de Jerusalén, en una carta que cita Eusebio y que Alejandro escribió estando en la cárcel, se congratulaba por la elección de Asclepíades: «Alejandro, siervo y prisionero de Jesucristo, a la bienaventurada Iglesia de Antioquía: salud en el Señor. El Señor me hizo soportables mis cadenas, cuando en el tiempo de mi encarcelamiento supe que, por providencia divina, se había confiado el episcopado de vuestra santa iglesia de Antioquía a Asclepíades, el más indicado por su merecimiento».
Eusebio apunta también la frase que cita el elogio del Martirologio y que da lugar a los merecimientos de los que habla Alejandro: Asclepíades se había señalado en tiempos de persecución por su valiente confesión de la fe, aunque no haya llegado -es, en definitiva, una gracia- al martirio. Estas persecuciones tuvieron que haber sido las del imperio de Septimio Severo o la del inicio de su hijo Caracalla.
Ver Eusebio, Hist. Ecl. VI,11,4-5; para la persecución de Severo ver, en ese mismo libro, el cap. 1. Para la sucesiónd e Asclepíades, VI,21,2.