En lugares distintos de Barcelona fueron martirizados el día 4 de agosto de 1936 tres religiosos salesianos, uno de ellos sacerdote y dos coadjutores laicos, los tres formaban parte de la comunidad salesiana de Sarria. Fueron beatificados el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia de los años 1936-1939.
José Batalla Parramón, el sacerdote, había nacido en Abella de la Conca, provincia de Lleida, el 15 de enero de 1873 en el seno de una familia modesta. Ingresó en la congregación salesiana y a los veinte años profesó en Sarria. Hizo los estudios pertinentes y se ordenó sacerdote en 1900. Estuvo en varios destinos hasta que en 1909 es enviado a la casa de Barcelona-Sarria como confesor y enfermero. Allí estaría 27 años, haciendo una labor magnífica en la enfermería, por lo que se lo llamaba «san Juan de Dios».
José Rabasa Bentanachs, había nacido en Noves de Segres, provincia de Lleida, el 26 de junio de 1862 en el seno de una familia pobre. Al quedar huérfano siendo niño, una señora se hizo cargo de él y en 1890 lo colocó como ayudante de cocina en el colegio salesiano de Barcelona-Sarria. Decidido por la vocación religiosa, fue aceptado en el noviciado y profesó en 1892. Destinado a diversas casas como cocinero, volvió a Sarria en 1923, siendo muy piadoso y ejemplar. Al cumplir los 70 años ya no tuvo fuerzas para llevar la cocina y fue exonerado del cargo, dedicando mucho tiempo a la oración. Cuando el día 21 de julio de 1936 la comunidad de religiosos fue expulsada de la casa, ambos religiosos consiguieron que Esquerra Republicana de Cataluña les concediera seguir en ella atendiendo a los heridos de guerra, ya que la casa se había habilitado como hospital de sangre. Pero el día 31 ambos fueron expulsados a la calle. Se refugiaron en casa de doña Emilia Munill, donde llevaron vida de mucha piedad y recogimiento. Tenían ya preparados los pasaportes para marchar a Italia pero en lugar de ir a recogerlos directamente se acercaron a la casa de Sarria a recoger alguna ropa, en el tranvía fueron reconocidos y entonces los arrestaron y asesinaron.
El otro religioso salesiano muerto ese mismo día fue don Gil Rodicio Rodicio, coadjutor laico. Había nacido en Requejo, Orense, el 23 de marzo de 1888. Había sido alumno de la casa de Barcelona-Sarria, y profesó en la congregación en 1908. Desde 1921 estaba destinado en la casa de Sarria como panadero. Hacía su trabajo con gran espíritu religioso. Cuando fue echado de la casa el 21 de julio de 1936, lo hospedó don Alberto Llor, en cuya casa se dedicó a la oración y a sobrellevar su situación con paciencia. Denunciado, fue arrestado y llevado al comité que funcionaba en el Museo Naval. Pidió que a la familia que lo albergaba no la hicieran daño, y seguidamente fue asesinado.