Román Sitko era un sacerdote polaco, de la diócesis de Tarnów, creada en 1783 con parte del territorio del arzobispado de Cracovia. Había nacido en 1880. Una vez ordenado sacerdote estuvo dedicado al ministerio pastoral en el que fue un fervoroso pastor de almas, hasta que el obispo le confió el cargo de rector del seminario, en el que supo ser un excelente formador de los jóvenes aspirantes al sacerdocio. La Santa Sede lo había honrado con el título de prelado doméstico de Su Santidad.
Al ocupar los nazis Polonia el seminario fue cerrado, pero él continuó en la clandestinidad las actividades propias del seminario, lamentando mucho la prisión de tantos hermanos sacerdotes por cuya liberación decía él que ofrecía su vida. La policía nazi lo arrestó el 22 de mayo de 1941. Fue sentenciado a prisión en el campo de concentración de Darlewitz donde se comportó como ángel de consuelo de los otros presos, animando a los que sacaban para ser ejecutados. Incapaz de seguir realizando los duros trabajos forzados que desempeñaba, el 12 de octubre de 1942 cayó al suelo exhausto; al verlo, un guardia del campo lo pisó con su bota, le partió el cuello y le produjo la muerte. Fue beatificado el 13 de junio de 1999 por el papa Juan Pablo II.