El fundador de los Ermitas, o Hermanos Pobres de San Jerónimo, nació en Pisa en 1355, cuando su padre, Pietro Gambacorta, gobernaba aquella república. Al cumplir los veinticinco años, el joven Pedro huyó en secreto de la corte, con el disfraz de un peregrino y se refugió en las soledades de Monte Bello, en Umbría. Ahí subsistió con las limosnas que le daban en las poblaciones vecinas. En 1380, buscó los medios para construir un oratorio y las celdas necesarias para dar albergue a una docena de compañeros que se habían agrupado en torno suyo (de acuerdo con la tradición popular, eran doce asaltantes de caminos a quienes el santo había convertido). Pedro elaboró una regla para su comunidad, complementada por algunas constituciones tomadas de los escritos de san Jerónimo, a quien se había elegido como patrón de la nueva congregación. Los monjes observaban cuatro cuaresmas al año, ayunaban los lunes, miércoles y viernes y diariamente, después de los maitines, oraban durante dos horas. Pedro, por su parte, dedicaba su tiempo a la plegaria y los ejercicios de penitencia. Se le atribuyeron numerosos milagros.
En 1393, a raíz de una disputa, Giacomo Appiano asesinó al padre y los hermanos de Pedro, y éste se sintió fuertemente tentado a abandonar su retiro para castigar al que había perpetrado el crimen; sin embargo, venció las tentación de venganza y siguió el ejemplo de su hermana, la beata Clara Gambacorta (17 de abril) para perdonar generosamente al asesino. En 1421, el Papa Martín V aprobó la congregación del beato Pedro, y en seguida ésta comenzó a extenderse por Italia. El fundador vivió catorce años más: murió en Venecia, en 1435, a la edad de ochenta años, y fue beatificado en 1693. Hubo una época en que se contaron cuarenta y seis casas de los Hermanos Pobres en las provincias de Ancona y Treviso; varios grupos pequeños de ermitaños o terciarios se afiliaron a la orden, y en 1668 el Papa Clemente IX unió la comunidad de San Jerónimo de Fiésole, que había sido fundada por Carlos Montegranelli, a la regla del Beato Pedro. Pero en 1933 eran tan pocos los miembros de la Orden que fue suprimida por la Santa Sede.
En el Acta Sanctorum, junio, vol. IV, hay un relato fundado en materiales de información muy antiguos. El breve para la supresión, se encuentra en Acta Apostolicae Sedis, vol. XXV (1933), pp. 147-149.
Cuadro: Sebastián Conca, Urbano VI aprueba la Regla del beato Pietro Gambacorta, óleo sobre tela del siglo XVIII, Museo Nazionale di Palazzo real, Pisa.