Fue ordenado sacerdote en 1587 y enviado a la ciudad suiza de Sessa, luego fue nombrado arcipreste y párroco de Sondrio en 1590, donde trabajó incansablemente por evitar que sus fieles cayesen en el protestantismo, que en aquellos mometos tenía gran difusión la reforma de Zwinglio y Calvino entre los grisones, ya sea por la fuerte decadencia de las instituciones eclesiásticas institucionales.
Fue un sacerdote de profunda cultura y de generosa dedicación pastoral: guió con gran equilibrio y moderación las comunidades católicas de Sondrio y de toda la Valtellina. Esto no impidió que cayera víctima inocente, entre las varias facciones político-religiosas.
Acusado por connivencia con un católico del que se decía había atentado contra la vida de un pastor evangélico, fue arrestado el 24 de julio de 1618, y encarcelado en Thusis, donde terminaban normalmente todos los católicos acusados de algún supuesto delito político. Fue procesado por un tribunal faccioso, expresión de un particular grupo político-religioso de carácter radical. Como rechazase todas las infundadas acusaciones, fue sometido a tortura que Rusca sufrió con una constancia superior a las fuerzas humanas hasta que, al repetirse el martirio del potro expiró, al no poder ya resistir tal tormento. Murió en Thusis la víspera del 4 de septiembre.
Acta de beatificación en AAS 105 [2013], pág. 199ss.