Nace en Villarreal de los Infantes (Castellón de la Plana) el 29 de octubre de 1893 en una familia muy religiosa. En ese ambiente germina pronto su vocación sacerdotal, e ingresa en el colegio de San José de Tortosa, donde ya estaba su hermano Blas, que también moriría mártir en 1936. Se adhirió a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Sagrado Corazón de Jesús. Era aún subdiácono cuando es enviado al seminario de Tarragona como prefecto, y se ordena sacerdote el 25 de mayo de 1918. De ahí marcha al seminario menor de Belchite, de la archidiócesis de Zaragoza, en el que está cuatro años. Vuelve entonces al seminario de Tarragona, esta vez de prefecto de teólogos, y dos años más tarde lo mandan a México, costándole mucho sacrificio dejar España. Pero se aclimató bien a su nuevo destino y llegó a querer mucho a su gente, a la que sirvió en el Templo de San Felipe de Jesús de la capital mexicana, como confesor y predicador, hasta que el gobierno expulsó a los Operarios en febrero de 1926 y entonces volvió a España. Es destinado a Valencia como director espiritual del colegio de vocaciones y en octubre de aquel mismo año 1926 es destinado a Toledo y, un poco más tarde, al seminario de Valladolid como director espiritual. A los dos años va a Zaragoza y en septiembre de 1929 es nombrado rector del seminario de Belchite; al año siguiente se malogra una nueva ida suya a México, desde donde le obligaron a volverse.
Destinado en Valencia, allí vive la trágica noche del 11 de mayo de 1931 cuando tantas iglesias y casas religiosas son dadas al fuego y al saqueo. Se marcha a Burgos y está allí hasta 1934 cuando es nombrado rector del seminario de Ciudad Real. En junio de 1936 estaba dando ejercicios espirituales en Tortosa y al conocer los sucesos del 18 de julio, inicio de la Guerra Civil, volvió rápidamente a Ciudad Real. Como debió dejar el seminario, consiguió pasaporte para su pueblo, pero al bajar del tren el 26 de agosto le esperaban los milicianos y lo llevaron detenido al exconvento de dominicas. El 4 de septiembre lo sacaron en una camioneta y lo fusilaron en las cercanías de Oropesa. A los que iban a fusilarle les dio su reloj y les agradeció el que le dieran el martirio. Fue beatificado por Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995 en el grupo de nueve sacerdotes operarios diocesanos martirizados en diversos días del año 1936.