Gaspar De Bono nació en Valencia, España, en 1530. Sus padres eran humildes y pobres. En su juventud, Gaspar se dedicó al comercio de la seda, pero como no tuvo éxito, ingresó en la milicia. Probablemente presentía ya cuál era su verdadera vocación, pues dedicaba a la oración y meditación todo el tiempo que le quedaba libre. Con la gracia de Dios, consiguió llevar una vida virtuosa en el ejército, lo cual era tan difícil en el siglo XVI como en el nuestro. Cayó gravemente herido en una batalla e hizo voto de ingresar en la orden de los Mínimos, si se restablecía. San Francisco de Paula, el fundador de esos frailes austeros y humildes, había sido canonizado pocos años antes del nacimiento de Gaspar. En 1560, tomó éste el hábito. Sus virtudes y cualidades impresionaron tanto a sus superiores que, al año siguiente, le concedieron la profesión y la ordenación. El beato sufría de fuertes dolores; pero no sólo los soportó con paciencia y ecuanimidad, sino que todavía añadió a ellos la mortificación corporal. Dos veces fue elegido corrector general de la provincia española de su orden; desempeñó el oficio con gran habilidad, corrigiendo con prudencia y caridad y exhortando a sus hermanos a la perfecta observancia de su austera regla. Murió en el convento de Valencia el 14 de julio de 1604 y fue beatificado en 1786.
Existe una biografía moderna escrita por Roberti (1904), y otra más antigua escrita por P. A. Miloni.