Domingo nació hacia el 1450 en Messina, Sicilia (otros indican Randazzo, cerca de allí), a donde su familia había emigrado desde el este de la isla. Tomó el hábito de la Orden de Predicadores en Palermo, en el convento dominico de Santa Zita. Después de su ordenación, fue enviado a estudiar en Padua, donde obtuvo el título de doctor y enseñó algunos años. Más tarde, volvió a Palermo y predicó allí con gran fruto. Después pasó a Roma como asistente del maestro general Joaquín Torriano, quien pronto iba a verse envuelto en el tormentoso caso de Savonarola.
Pero el beato Domingo partió de Roma antes de la crisis para encargarse del convento recién fundado en el santuario de Nuestra Señora de Gracia, cerca de Monte Cerignone. Allí pasó los veintiocho años que le restaban de vida, entregado al trabajo misional y ganando almas para Cristo. La muerte del beato Domingo ocurrió en forma inesperada: el 21 de diciembre de 1521, al terminar las Vísperas, reunió a todos sus súbditos, les dio las últimas instrucciones, pidió la extremaunción y el viático, y murió plácidamente. Su culto fue confirmado exactamente cuatrocientos años después, en 1921, por el papa Benedicto XV.
El decreto de confirmación del culto puede verse en Acta Apostolicae Sedis, vol. XIII (1921), pp. 104-108, junto con un resumen biográfico. R. Diaccini publicó una breve biografía en 1921.