Nace en Mayenne el 25 de agosto de 1743, hijo de un abogado del Parlamento, Esteban, llamándose su madre Renata Perrine Davoines. Decidido por el sacerdocio, ingresó en el seminario de Angers el 10 de octubre de 1764, pasando luego a la Sociedad de San Sulpicio en 1766. Ordenado sacerdote, estuvo en el seminario de Orleáns como superior de los filósofos y luego ecónomo, pasando en 1777 al seminario de Angers y en 1785 como superior al seminario menor de Bourges.
Aquí se encontraba cuando estalló la Revolución y con sus compañeros sulpicianos rehusó prestar el juramento a la constitución civil del clero, por lo que fue expulsado del seminario el 15 de junio de 1791. Con sus compañeros se marchó a una casa particular. No se expatrió sino que se quedó en Bourges, siendo arrestado en 1793 y encerrado en el exconvento de San Francisco.
En diciembre estaba en la prisión Sainte-Claire. En febrero de 1794 encabeza la lista de eclesiásticos que debían ser deportados, llegando a Rochefort el 5 de mayo siguiente y siendo detenido en el Deux-Associés, barco inmundo, en el que muy pronto cae enfermo. Llevado a la llamada chalupa-hospital, murió el 3 de junio siguiente, aunque alguna fuente sitúa su muerte el 23 de mayo. En el curso de su estancia en Rochefort, dijo a un compañero: «Es verdad que somos los más desgraciados de los hombres, pero los más felices de los cristianos». Fue beatificado el 1 de octubre de 1995.