Agustín Fangi nació en 1430, en Biella, ciudad del Piamonte, e ingresó en el convento de los dominicos de la misma ciudad. Pasó la vida oscuramente, consagrado a la exacta observancia de sus deberes de religioso. Durante largo tiempo le afligió una penosa enfermedad, cuyas curaciones la hacían aún más penosa. La paciencia con que el beato soportó sus sufrimientos fue la admiración de los médicos y de sus hermanos. Agustín fue superior de varios conventos sucesivamente, se mostró muy hábil en el gobierno y restableció la disciplina donde había decaído. El éxito de su predicación y la fama de sus milagros le dieron una notoriedad que le era particularmente desagradable. Tras de soportar algún tiempo, con humildad y paciencia las atenciones que le prodigaba el pueblo, el P. Agustín obtuvo por fin, el permiso de retirarse al convento de Venecia, donde pasó en el recogimiento los últimos diez años de su vida. Murió el 22 de julio de 1493. Sus últimas palabras fueron: «¡Alabado sea Dios! ¡Alabado sea el Altísimo!» Su culto fue aprobado por SS Pío IX el 5 de septiembre de 1872, y su cuerpo se venera en Biella-Piazzo desde 1973.
Ver D. Riccardi, Il beato Agostino di Biella (1874) y el esbozo biográfico de M. Cicognani (1873).