Sor Rani Maria nació en Kerala (India), en 1954 en una familia católica de rito siro-malabar. En 1972 ingresó en la Congregación de las Franciscanas Clarisas. Trabajó como misionera de la India septentrional, en el ámbito de diversas diócesis, en los poblados más recónditos. Prefirió a las personas que vivían oprimidas y marginadas. Su intención era mitigar los sufrimientos, consolar los corazones, traer la paz, formar las conciencias, promover la justicia, defender la verdad. Su espiritualidad franciscana, profundamente cristocéntrica, se expresaba con el lema: “Jesús a todos y todo a Jesús”.
En 1992 fue enviada a Udainagar, en la diócesis de Indore. Aquí sor Rani María, promovió la creación de cooperativas de ahorro, para préstamos de dinero sin intereses, provocando con esto el odio de los usureros que en este modo no podían más vejar a los pobres. Las amenazas de las que fue objeto no la intimidaron, pero la hicieron más generosa en la donación de sí misma: «Tengo la fuerte convicción de haber sido elegida para los pobres y los oprimidos. Estoy feliz de trabajar para ellos, porque también ellos son hijos de Dios, nuestros hermanos y hermanas».
La hostilidad contra sor Rani, y contra su manera de actuar por el Reino de Dios, se agudizó en los últimos tiempos, después que pudo sacar de la cárcel a algunos católicos que habían caído víctimas de una trampa. Sus enemigos decidieron por lo tanto librarse de ella y decretaron su muerte.
La mañana del 25 de febrero de 1995, mientras sor Rani María viajaba en el autobús que de Udainagar la llevaba a Indore, fue asesinada por un sicario con cincuenta y cuatro puñaladas, a la vista de todos. Murió repitiendo muchas veces el Nombre de Jesús.
Miles de personas, aún no católicas, se acercaron para rendirle homenaje durante el funeral, que fue celebrado el 27 de febrero de 1995. El martirio de sor Rani María tuvo como evangélico epílogo el perdón del asesino de parte de los familiares y de la Congregación de las Franciscanas Clarisas, como prolongación de las muchas obras de misericordia obradas en vida por la Sierva de Dios.
El Proceso Diocesano sobre el martirio se llevó a cabo en la diócesis de Indore en los años del 2005 al 2007. El 23 de marzo del 2017, el Papa Francisco ha autorizado la promulgación del Decreto de reconocimiento del martirio.