Nació en Como hacia 1415. Con un amor muy grande a Jesús, entró en una casa religiosa puesta bajo la Regla de San Agustín, que había sido construida fuera de los muros de la ciudad, en un lugar llamado Brunate. Habiendo crecido la comunidad paulatinamente con el ingreso de varias jóvenes, convirtió la casa en monasterio con el título de san Andrés y bajo la misma Regla. Consideraba como una de sus mayores satisfacciones pertenecer a la Orden Agustiniana y estar bajo su jurisdicción.
En 1455, la Congregación Agustiniana de Lombardía aceptó bajo su jurisdicción a la comunidad, lo que fue definitivamente aprobado por el Papa Pío II el 16 de julio de 1459. Fue una admirable propagadora de la vida agustiniana. Unió a muchas consagradas que hacían vida común, a la Orden. Así se acrecentó la familia agustiniana con un considerable número de monasterios. A las hermanas que estaban a su cargo las incitaba a una mayor perfección en las virtudes, prefiriendo siempre ser súbdita que superiora.
También se le atribuye la fundación de una fraternidad de agustinos seculares en Como. Sobresaliendo en la pureza de vida y en la caridad con todos, murió en mayo de 1465, muy probablemente el día 13. San Pío X confirmó su culto en 1907. Sus restos se conservan en la catedral de Como. En el calendario de la Orden está inscripta el 17 de julio.