La UAC nació por iniciativa de san Vincenzo Pallotti (1795-1850), sacerdote romano que, después de una celebración eucarística se sintió inspirado por el Señor para instituir «una Pía Unión que fuera perpetuamente en el Iglesia de Jesucristo como una Trompeta evangélica, que llama a todos, que despierta el celo y la caridad de todos los fieles de cualquier estado, grado y condición, para que todos, en todos los tiempos [. . .
] cooperen [.
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] al crecimiento, defensa y propagación de la caridad y de la fe católica».
El mismo año la UAC recibió «toda bendición» del cardenal Vicario de entonces, Carlo Odescalchi, y «mil bendiciones» de Gregorio XVI.
El 28 de octubre de 2003 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó la erección de la Unión del Apostolado Católico como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
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- Identidad
- La UAC es una comunión de fieles que promueve en todos los bautizados la conciencia de la llamada y de la corresponsabilidad apostólica. La pedagogía de la Asociación, cuyos objetivos fundamentales son establecidos por el Consejo de coordinación general, quiere formar a los fieles de cualquier estado, en el respeto de todas las vocaciones, a vivir los carismas según el misterio de la Iglesia comunión y a orientarles en la colaboración apostólica. Siguiendo el ejemplo del Fundador, los miembros se proponen entrar en el dinamismo del amor infinito y misericordioso de la Trinidad, para redescubrir y apropiarse de la imagen y semejanza de la Caridad infinita, impresa en nosotros desde el principio de la creación, y para hacer que todo bautizado pueda donar el amor que renueva todas las cosas. Los medios son los habituales: la meditación de la Sagrada Escritura, la celebración eucarística, la oración, el compartir la fe, la reconciliación y el seguimiento de Cristo con la aceptación de la Cruz en toda situación de la vida.
- Estructura
- Órganos de gobierno de la UAC son: el Consejo de coordinación general, constituido por el Presidente, los miembros salientes y los miembros elegidos, que provee a la unidad interna de la Unión e incrementa la eficacia apostólica y reconoce las estructuras nacionales; los Consejos de coordinación nacionales, que tienen competencia sobre el territorio de la correspondiente Conferencia Episcopal, favoreciendo las ocasiones y los instrumentos de formación, están al servicio de la diversidad de realidades de la Unión, admiten formalmente a los miembros y cuidan la gestión de los medios económicos; los Consejos de coordinación locales, que tienen la finalidad de unir a los miembros para cumplir la misión de la Unión, ser cenáculos abiertos a lo signos de los tiempos, cuidar la formación y ayudar a la Iglesia local; el Secretariado y el Secretario general, la Asamblea general y el Congreso general. El Asistente eclesiástico de la Unión es el Rector general de la Sociedad del Apostolado Católico. A la UAC se puede pertenecer como miembro a título individual, como miembro perteneciente a una de las comunidades a iure, como colaborador.