La fase prefundacional de “Sígueme” se remonta a inicios de los años sesenta y se desarrolla en dos ciudades: Módena y Roma, en Italia. En Módena, un consistente grupo de jóvenes y de adultos desea vivir un cristianismo radical en diálogo con el estilo y la necesidad de los tiempos modernos. En Roma, después del encuentro con Paola Majocchi, actual Presidente, con el padre Anastasio Gutiérrez, claretiano y jurista (1911-1998), tomó forma la idea de una asociación laical nueva, en sintonía con las orientaciones del Concilio Vaticano II.
En 1965 monseñor Abele Conigli, Obispo de Sansepolcro (Arezzo, Italia), concedió la aprobación canónica a “Sígueme” como Pía Unión.
Fiel a su estructura y carisma, “Sígueme” camina con los tiempos en un proceso de profundización de la propia identidad, que le exigió cambiar cinco veces sus estatutos conservando el patrimonio institucional.
Extendiéndose desde 1967 a otras diócesis italianas, la Asociación se difundió gradualmente en el mundo.
El 19 de marzo de 1984 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de “Sígueme” Grupo Laical de Promoción Humano-Cristiana como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
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- Identidad
- “Sígueme” es una asociación laical fundada sobre el seguimiento de Cristo que se propone la plena realización humana y cristiana de la persona, a través de una adecuada formación y la búsqueda del propio puesto en la construcción del Reino, sobre la base de las potencialidades de cada uno y respondiendo a las necesidades del mundo, para vivir ya desde ahora la plena felicidad de los hijos de Dios. Para conseguir sus objetivos se privilegian la vida de fe, con oración diaria personal y comunitaria, las relaciones interpersonales maduras en Cristo, en un clima de familia; la presencia laical cristiana en todos los sectores profesionales y sociales; la formación a una libertad responsable; la colaboración en obras centradas en la persona. El itinerario formativo que propone a los miembros quiere llevar a la persona a una plena madurez en Cristo, tanto en el ámbito profesional como en el ámbito comunitario, sirviéndose de la Sagrada Escritura y de la teología para la vida espiritual y apostólica. “Sígueme” no se cierra a ningún ámbito de servicio. Actualmente su acción se concreta en el compromiso de formación humana y cristiana, en la asistencia a ancianos y discapacitados, en el apoyo a la familia, en la acogida de jóvenes madres solteras y en la cooperación internacional.
- Estructura
- “Sígueme” está articulado en cuatro formas de pertenencia: miembros comprometidos, que viven el celibato organizados en comunidades masculinas y femeninas, y que constituyen el centro animador; miembros afiliados, que viven el celibato individualmente; miembros agregados, individuos y familias; voluntarios, que comparten el espíritu de la Asociación y colaboran en sus actividades. Sin alterar su carácter laical, “Sígueme” también admite a sacerdotes con la función, en algunos casos, de asegurar una orientación doctrinal y eclesial de la Asociación así como la formación de los laicos como está expresada en el Vaticano II. La fidelidad al Evangelio y a los consejos evangélicos se funda en un compromiso personal, que no prevé votos sino una opción consciente y radical por Cristo, madurada en lo concreto de la vida cotidiana. En el clima de auto-responsabilidad y promoción de la persona característico de “Sígueme”, la autoridad desarrolla una acción subsidiaria de coordinación. El Consejo central anima y evalúa las iniciativas personales, acogiéndolas y unificándolas en una visión más universal. El gobierno está asistido por un Consejo superior de garantía estatutaria, por el Consejo para los asuntos económicos y por el Consejo de educación y cultura.