Al igual que muchos otros documentos que hablan de los mártires de los primeros siglos, también los correspondientes a los santos Valentí e Hilario son del siglo VIII, y por tanto con una certeza histórica hipotética, dada la gran distancia en el tiempo. La «Passio» compuesta en ese siglo dice que Valentín era un presbítero e Hilario un diácono que durante la persecución de Diocleciano (243-313) fueron asesinados y sepultados un 3 de noviembre, en un lugar llamado «Camillarius».
Es difícil saber quiénes fueron realmente, pero puede pensarse que se trataba de los sacerdotes encargados de alguna iglesia rural, que hubieran muerto allí mismo. En un documento del 788 hay una cierta confirmación de esta idea, pues habla de una «celda de san Valentín 'in Silice'», es decir, una pequeña iglesia con sepulcro situada en la Via Cassia, a dos kilómetros de Viterbo. Y, aunque san Hilario no se lo menciona en el documento, el abad de Farfa Sicardo (desde 831 hasta 842) transportó el cuerpo de lso dos a la iglesia abacial.
Los cuerpos de los dos mártires estuvieron en la famosa Abadía de Farfa hasta el siglo XV, aaunque algunas tradiciones de Viterbo dicen que sólo hasta 1303, cuando las reliquias fueron llevadas a la catedral de la ciudad. Algunos antiguos martirologios inscriben esta fiesta el 4 de noviembre, en vez de el día 3.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borreli.