Según el Martirogio Jeronimiano -que parece depender de una «Passio» que se ha perdido-, los dos hermanos Calócero y Partenio, a quienes la Iglesia venera juntos el día de hoy, eran eunucos del séquito de Trifonia, la esposa del emperador Decio, y desempeñaban respectivamente los oficios de "praepositus cubiculi" y de "primicerius". Ambos practicaban abiertamente el cristianismo. Al estallar la persecución, sufrieron el martirio por haberse negado a ofrecer sacrificios a los dioses.
En cambio, según las pretendidas «Actas» de estos mártires, que carecen de valor histórico, Calócero y Partenio eran originarios de Armenia y habían venido del Oriente en compañía de cierto cónsul llamado Emiliano. A la muerte de éste, Calócero y Partenio quedaron al servicio de su hija Calixta o Anatolia, quien había recibido en herencia los bienes de su padre y repartió una parte de ellos entre los pobres. Los mártires comparecieron ante Decio, acusados de ser cristianos y de haber dilapidado la herencia de Anatolia. Como defendiesen y confesasen valientemente la fe, el juez los condenó a ser quemados en vida; pero, como salieron ilesos de las llamas, fueron rematados a mazazos. Anatolia les dio sepultura en el cementerio de Calixto.
Existen dos textos de las actas. Uno se halla en Acta Sanctorum, mayo, vol. IV, y el otro, en Analecta Bollandiana, vol. XVI (1897), pp. 240-241. De Rossi atribuye mayor importancia a esta última recensión y sitúa el martirio en el año 250; pero Delehaye respondió en forma satisfactoria a todos los argumentos de De Rossi, en Analecta Bollandiana, vol. XLVI (1928), pp. 50-55; véase también CMH., del mismo autor, pp. 261-262.